Tomo I, Sección V
La intuición es el primer plano en el que hay una abertura real a la completa posibilidad de la realización – es a través de ella que uno avanza – primero a la mente suprema y después a la supermente.
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La intuición ve la verdad de las cosas por un contacto interno directo, no como la inteligencia mental ordinaria que busca y alcanza por contacto indirecto a través de los sentidos, etc. Pero si se compara la intuición con la supermente, podríamos decir que ella está limitada, pues solo puede ver las cosas por destellos, punto por punto, y no como un todo. También, cuando entra en la mente ella se mezcla con los movimientos mentales y forma una clase de actividad mental intuitiva que no es la verdad pura, sino algo entre la Verdad superior y la búsqueda mental. Ella puede llevarnos a la consciencia a través de una etapa de transición, siendo esa prácticamente su función.
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El conocimiento intuitivo mental obtiene directamente algunos aspectos de la verdad pero no completo o con certitud, y la intuición es fácilmente mezclada con la sustancia mental ordinaria que puede ser errónea; en su aplicación ella puede fácilmente ser una verdad a medias, o ser mal interpretada o mal aplicada hasta llegar a ser un error. También, la mente imita fácilmente la intuición de tal forma que es difícil distinguir entre una verdad y una intuición falsa. Esa es la razón porque los hombres de intelecto desconfían de la intuición mental y dicen que no puede ser aceptada u obedecida a menos que sea examinada y confirmada por el intelecto. Lo que viene de la intuición de la mente suprema tiene una luz, una certeza, una fuerza efectiva de la Verdad en si misma, que la intuición mental, inclusive la mejor, no tiene.
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Hay intuiciones físicas sutiles, vitales y mentales, tanto como intuiciones de la Mente superior e iluminada.
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La identificación de buddhi [inteligencia - voluntad; intelecto; razón; mente pensante; el principio que discrimina] con vijñãna [la mente ideal; la libertad espiritual o la inteligencia divina; la Verdad; la Gnosis] y la intuición, es el error que llegó con el intelectualismo excesivo de los filósofos y comentaristas. Yo no pienso que buddhi incluye la intuición como algo separado en una clase de intelecto – los intelectuales consideraron la intuición como un proceso rápido del pensamiento intelectual – y ellos todavía piensan así. En el Taittiriya Upanishad el sentido de vijñãba está bien claro – su esencia es rtam, la Verdad espiritual; pero después la identificación con buddhi llegó a ser general.
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Yo no supongo que ellos espesamente quieren decir intuición; ellos miran a buddhi como el medio para el conocimiento, de manera que incluyen todo el conocimiento en él, y como el vijñãnamaya kosa es el estuche del Conocimiento, ellos piensan que significa buddhi. Obviamente no lo es. La descripción que usted ha citado, evidentemente quiere decir algo mucho mayor que buddhi. Es el satyam rtam brhat de los Upanishads – la consciencia - verdad del Veda.
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La frase "el ser central" en nuestro yoga, usualmente aplica a la porción del Divino en nosotros que ayuda a todo el resto y sobrevive a través de la muerte y los nacimientos. Este ser central tiene dos formas – arriba, es Jivatman, nuestro ser verdadero, del cual nosotros llegamos a ser conscientes cuando el conocimiento propio superior llega, – abajo, es el ser psíquico, que está detrás de la mente, el cuerpo y la vida. El Jivatman está por encima de la manifestación en la vida y la preside; el ser psíquico está detrás de la manifestación en la vida y la ayuda.
La actitud natural del ser psíquico es sentirse él mismo como el Niño, el Hijo de Dios, el Bhakta; él es una porción del Divino, una en esencia, pero en el dinamismo de la manifestación hay siempre, inclusive en identidad, una diferencia. El Jivatman, por lo contrario, vive en la esencia y puede unirse él mismo en identidad con el Divino; pero él también, al momento que él preside sobre el dinamismo de la manifestación, se conoce a sí mismo como un centro del múltiplo Divino, no como el Parameshwara. Es importante recordar esta distinción; porque de otra forma, si hay la menor traza de egoísmo vital, uno puede comenzar a pensar en uno mismo como un Avatar o perder el balance como Hridaya con Ramakrishna.
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La palabra Jiva tiene dos significados en las lenguas Sanskriticas – "las criaturas vivientes"1 y el espíritu individualizado sosteniendo los seres vivientes en su evolución de nacimiento en nacimiento. En este último sentido el término completo es Jivatma – el Atman, el espíritu o el yo eterno del ser viviente. En el Guita se le llama figurativamente como "la eterna porción del Divino" – pero la palabra fragmentación (usada por usted) es muy fuerte y podría ser aplicada a las formas pero no al espíritu en ellas. Es más, el Divino múltiple manifestado aquí es una eterna realidad que antecede a la creación aquí. Una descripción elaborada del Jivatma podría ser: "el Divino múltiple manifestado aquí como un yo individualizado o como el espíritu del ser creado." El Jivatman en su esencia no cambia o evoluciona, su esencia se mantiene por arriba de la evolución personal; en la evolución misma él está representado por el ser psíquico en evolución que ayuda al resto de la naturaleza.
El Vedanta Adwaita (Monismo) declara que el Jiva no tiene existencia real, ya que el Divino es indivisible. Otra escuela le atribuye una existencia real pero no independiente – es, ellos dicen, uno en esencia, diferente en manifestación, y como la manifestación es real, eterna y no es una ilusión, no puede ser llamado irreal. Las escuelas dualistas afirman a Jiva como categoría independiente o sostienen el punto de vista de la triplicidad de Dios, el alma y la naturaleza.
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Jivãtmã no es el ser psíquico – nosotros hemos establecido el caitya purusa como el equivalente en Sánscrito del ser psíquico. Jivatma es el yo individual – el ser central.
El ser central es ese que no nace y no evoluciona, sino preside sobre toda la manifestación individual. El ser psíquico es su proyección aquí – porque el ser psíquico está en la evolución y desde adentro ayuda nuestra evolución completa; el recibe la esencia de todas las experiencias y por eso desarrolla la personalidad Divina.
El Yo es al mismo tiempo uno en el todo y en los muchos – uno en su esencia, y se manifiesta también como el yo individual que puede ser descrito en la Naturaleza como una porción eterna del Divino; y en el espíritu, como un centro de la manifestación individual, pero extendiendo su universalidad y levantándose en la trascendencia.
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Por Jivatma nosotros entendemos el yo individual. Esencialmente es un yo con todos los otros, pero en la multiplicidad del Divino, es el yo individual, un centro individual del universo – y él ve todas las cosas en él mismo o él mismo en todas las cosas o ambas juntas de acuerdo con su estado de consciencia y su punto de vista.
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El yo, Atman es en su naturaleza trascendente o universal (Paramatma, Atma). Cuando se individualiza y llega a ser un ser central, es entonces el Jivatman. El Jivatman siente su unidad con el universal, pero al mismo tiempo, siente su separación central como una porción del Divino.
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El alma, representante del ser central, es una chispa de lo Divino, ayudando a toda la existencia individual en la Naturaleza; el ser psíquico es una forma de consciencia de esa alma creciendo en la evolución – en el proceso persistente que desarrolla primero la vida en la Materia y la mente en la vida, hasta que finalmente la mente puede desarrollarse en la mente suprema y la mente suprema en la Verdad supramental. El alma ayuda a la naturaleza en su evolución a través de estas gradaciones, pero en ella misma no es nada de esas cosas.
La Naturaleza baja, aparã prakrti, es el objetivo externo y la Naturaleza aparente subjetiva superficial que manifiesta todas esas mentes, vidas y cuerpos. La Naturaleza suprema, parã prakrti, escondida detrás de ella es la verdadera naturaleza del Divino – la Fuerza de la Consciencia suprema que manifiesta el Divino múltiple como los Muchos. Esos Muchos son en ellos mismos eternos yos del supremo en su Naturaleza suprema, parã prakrti. Aquí, en relación con este mundo ellos aparecen como los Jivatmas ayudando la evolución de las existencias naturales, sarva - bhûtãni, en el mutable Llegar a Ser, que es la vida de Kshara (movible o mutable) Purusha. El Jiva (o Jivatma) y las criaturas, sarva - bhûtãni, no son la misma cosa. Los Jivatmas realmente se mantienen sobre la creación aunque ella es de su incumbencia; las existencias naturales, sarva - bhûtãni, son las criaturas de la Naturaleza. El hombre, el pájaro, la bestia, el reptil son las existencias naturales, pero el Yo individual en ellos no es ni por un momento característica del hombre, el pájaro, la bestia o el reptil; en su evolución es el mismo a través de todos esos cambios o sea, un ser espiritual que consiente con el juego de la Naturaleza.
Lo que es original y eterno por siempre en el Divino es el Ser, lo que se desarrolla en consciencia, condiciones, fuerzas, formas, etc., por el Poder Divino es el Llegar a Ser. El Divino eterno es el Ser; el universo en el Tiempo y todo eso es lo aparente, es un Llegar a Ser. El Ser eterno en su naturaleza superior, Para Prakriti, es al mismo tiempo El Uno y los Muchos; pero la Multiplicidad eterna del Divino cuando está detrás de las existencias creadas, sarva - bhûtâni, aparece como (o como decimos, llega a ser) el Jiva, parâ prakrtir jivabhûtâ. Por otra parte, en el psíquico, hay dos aspectos, la existencia psíquica o alma detrás, y en el frente la forma de individualidad que él toma en su evolución en la Naturaleza.
El alma o psiquis es inmutable solo en el sentido de que ella contiene en si misma todas las posibilidades del Divino, pero tiene que evolucionarlas y en su evolución ella asume la forma de un individuo psíquico en desarrollo evolucionando en la manifestación del Prakriti individual y tomando parte en la evolución. Es la chispa del Fuego Divino que crece detrás de la mente, lo vital y el físico, por medio del ser psíquico hasta que este es capaz de transformar la Prakriti de la Ignorancia en una Prakriti del Conocimiento. Este ser psíquico evolucionando no es por lo tanto en ningún momento todo lo que el alma o la existencia psíquica esencial lleva en si misma; él temporaliza e individualiza lo que es eterno en potencia y trascendente en esencia, en esta proyección del espíritu.
El ser central es el ser que preside sobre los diferentes nacimientos uno detrás del otro, pero en si mismo no ha nacido, porque él no desciende en el ser, sino que está por encima de él – el sostiene o mantiene juntos el ser mental, el vital y el físico y todas las varias partes de la personalidad, controlando la vida a través del ser mental, el pensamiento mental y la voluntad o a través de la psiquis, cualquiera de ellos que esté más al frente o sea más poderoso en naturaleza. Si él no ejercita su control, entonces la consciencia está en un gran desorden y cada parte de la personalidad actúa por si misma de manera que no hay coherencia en el pensamiento, el sentimiento o la acción.
La psiquis no está por encima sino detrás – su asiento está detrás del corazón, su poder no es conocimiento sino un sentimiento esencial o espiritual – ella tiene el sentido más claro de la Verdad y una serie de percepciones inherentes en ella que son de la misma naturaleza de las percepciones y los sentimientos del alma. Es nuestro ser más interno y ayuda a todos los otros, el mental, el vital y el físico, pero es también está muy velada por ellos y tiene que actuar sobre ellos más bien como una influencia y no con su derecho soberano de acción directa; su acción directa llega a ser normal y preponderante solamente en una etapa de desarrollo superior o por el yoga. No es el ser psíquico el que usted siente, el que le da las intuiciones de las cosas que son o el que le previene a usted en contra de los resultados de ciertas acciones; eso es alguna parte del ser interno, algunas veces el interno mental, o algunas veces el interno vital, algunas veces puede ser el interno o sutil físico Purusha. El ser interno – la mente interna, el vital interno, el físico interno o sutil – sabe muy bien que es desconocido para la mente exterior, lo vital exterior y el físico exterior, porque él está en un contacto más directo con las fuerzas secretas de la Naturaleza. El psíquico es el más interno o recóndito de todos los seres; él es una percepción de la verdad que es inherente en la sustancia más profunda de la consciencia, es el sentido del bien, de la verdad, de la belleza y del Divino, él es un privilegio.
El ser central – el Jivatman el cual no nace ni evoluciona sino preside sobre el nacimiento individual y la evolución – pone un representante de él mismo en cada plano de la consciencia. En el plano mental es el ser mental genuino, manomaya purusa, en el plano vital es el ser vital genuino, prânamaya purusa, en el plano físico es el ser físico genuino, annamaya purusa. Cada ser es por lo tanto, mientras que la Ignorancia dure, centrado alrededor de su Purusha mental, vital o física, de acuerdo con el plano en el que él predominantemente vive, y ese es para él su ser central. Pero el verdadero y genuino representante está escondido todo el tiempo detrás de la mente, lo vital y lo físico – él es el ser psíquico, nuestro ser más interno o recóndito.
Cuando el conocimiento interno o recóndito comienza a llegar, llegamos a ser conscientes del ser psíquico dentro de nosotros, y él se adelanta guiando el sadhana. También llegamos a ser conscientes del Jivatman, el Yo indivisible o el Espíritu sobre la manifestación, en la cual el ser psíquico, es el representante allí.