Tomo I, Sección V
El verdadero ser interno – el verdadero ser mental, el verdadero ser vital y el verdadero ser físico son los representantes de cada uno de sus planos y responden al ser central, pero la totalidad de la naturaleza y especialmente la naturaleza exterior no lo hace, no la personalidad ordinaria mental, ni la vital ni la física. El ser psíquico es el ser central para los propósitos de la evolución – él crece y se desarrolla; pero hay un ser central por encima de él, del cual la mente no está consciente, y el cual preside invisiblemente la existencia, y del cual el ser psíquico es el representante en la naturaleza manifestada. Él es el que llamamos el Jivatman.
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El ser psíquico es una chispa del Divino – pero yo no sé si se le podría llamar una porción del Jivatma – es el mismo presentado en una forma diferente.
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Bien, es un poco difícil de explicar. Quizás lo mejor es dividir mi respuesta en varias partes, porque la cosa completa se ha vuelto muy complicada para hacerlo de otra forma.
1. Es imposible comparar mi concepción o experiencia del Jivatman con el "YO" puro del Adwaita, por el cual usted quiere decir, supongo yo, algo que dice, "Yo soy Él" y por esa percepción usted se funde en el Brahman. De acuerdo con los Adwaita de los Mayavadins, este Jivatman, como el Ishwara mismo es simplemente una apariencia de Brahman en el Maya ilusorio. No hay Ishwara, el Señor del mundo, porque no hay mundo – excepto en Maya; de manera que también no hay Jivatman, solamente el Paramatman ilusoriamente percibido como un yo individual por la consciencia (ilusoria) baja en Maya. Por otra parte, aquellos que desean unirse con el Ishwara, mirar o experimentar el Jiva, como un ser separado dependiente en el Ishwara o como algo unido en esencia con él, pero todavía diferente, aunque esta diferencia al igual que la unidad esencial es eterna – hay también otras ideas del Jivatman y su relación con el Divino o Supremo. De manera que este "YO" puro, si así es como debe ser descrito, se presenta él mismo diferentemente, en diferentes aspectos, podríamos decir, a diferentes personas. Si usted pregunta por qué, yo lo refiero a la respuesta que le di a X. La mente suprema presenta la verdad de las cosas en una serie de aspectos y la mente, inclusive la mente espiritual, afirma sobre uno u otro, la verdad real de la materia como la pura verdad. Es la mente la que hace esas diferencias, pero eso no importa, porque a través de su propia forma de ver y experimentar, el alma o la consciencia individual o como usted le quiera llamar, el ser mental se dirige donde tiene que ir. Yo espero que esto esté claro como el primer paso en la materia.
2. Yo no disputo de ninguna forma el hecho de que uno pueda realizar el YO, el Brahman o el Ishwara sin haber llegado a las regiones superiores, a los planos espirituales dinámicos, o a estacionarse uno mismo permanentemente sobre el cuerpo como pasa en este yoga. Inclusive, si eso se hace a través del Sahasrara, bien, el Sahasrara se extiende a la mente espiritualizada y puede ser sentido en la cima de la cabeza, de forma que cualquier ascenso sobre ella no es indispensable. Pero aparte de eso, uno puede muy bien, como usted dice, realizar al Atman si uno se retrocede de la mente y el corazón, se despega o separa uno mismo de las partes de Prakriti, cesa de identificarse uno mismo con la mente, la vida y el cuerpo y cae en un silencio interno. Uno inclusive, no necesita explorar los reinos de la mente interna o el vital interno y mucho menos obligarse a abrir sus alas a las extensiones y alcances superiores. El Yo está en todas partes, y al entrar en un completo despego y silencio, uno puede obtener en cualquier parte algún destello, alguna reflexión o quizás una completa reflexión o un sentido de la presencia del YO, o de la propia inmersión en eso que es libre, amplio, silente, eterno e infinito. Obviamente, si eso es el "YO" puro, de la naturaleza que sea que se obtenga la experiencia, eso debe ser mirado por la consciencia que tiene la realización como el yo individual del Ser, el Jivatman.
3. Uno también puede tener la experiencia de uno mismo no como la mente sino como el pensador, no el corazón sino uno mismo o el "Yo" que ayuda los sentimientos, no la vida sino eso que ayuda a la vida, no el cuerpo sino eso que asume un cuerpo. Este yo, puede ser obviamente dinámico tanto como silente; o de otra manera usted puede decir, aunque todavía estático e inmovible, desde su silencio origina el dinamismo de la Naturaleza. Uno puede también sentir esto como el Espíritu, uno en el todo tanto como el verdadero "YO" en uno mismo. Todo depende de la experiencia. Muy frecuentemente, esa es la experiencia de Purusha, muchas veces sentida primero como el Testigo silente, sosteniendo toda la naturaleza; pero Purusha puede también ser experimentada como el Conocedor y el Ishwara. Algunas veces es a través de Purusha mental en uno que otro centro, algunas veces a través de Purusha vital, la puede llegar a ser consciente de uno mismo o el espíritu. Es también posible llegar a ser consciente por el mismo, del ser psíquico secreto interno, como el verdadero individuo; o uno puede estar consciente del ser psíquico como el "YO" puro, sosteniendo las otras representaciones de la mente o lo vital en estos dominios o niveles. De acuerdo con cada experiencia, uno puede hablar de cualquiera de estos como Jiva o el "YO" puro (esta última es una frase muy dudosa) o la Persona, o el Individuo verdadero que se conoce a si mismo como uno con el todo, o una porción de él, o el todo dependiente del Ser trascendente o universal y busca unirse con él mismo en eso, o ascender a eso, o ser eso, o vivir en unidad con eso. Todas esas cosas son absolutamente posibles sin ninguna necesidad de la experiencia de los planos superiores o de la Permanencia estable en ellos.
4. Uno puede preguntar primero, ¿por qué no entonces decir que el Jivatman, que puede ser realizado en esta forma es el "YO" puro, del que el yo inferior tiene la experiencia y a través del cual el obtiene su salvación; y segundo, qué necesidad hay de ir a los planos superiores del todo? Bien, en primer lugar, este "YO" puro, no parece ser absolutamente necesario que sea un intermediario de la liberación en el Yo impersonal o Brahman o en cualquier cosa que sea eterna. Los Budistas no admiten ningún alma o yo o cualquier experiencia de un "YO" puro; ellos proceden disolviendo la consciencia en un grupo de Sanskaras y liberándose de ellas en algo Permanente que ellos rehúsan describir o algún Shunya. De forma que la experiencia del "YO" puro o Jivatman no está ligada a cada uno que quiere la liberación en el Eterno, sino que esté contento con obtenerla sin tener que ascender más allá de la mente espiritualizada en la Luz superior de lo alto. Yo mismo tuve mi experiencia del Nirvana y el silencio en el Brahman, etc. mucho antes de tener cualquier conocimiento de los planos superiores espirituales; ella llegó primero simplemente por una quietud absoluta y se absorbió como si hubiera sido una actividad mental, o emocional u otra cualquiera actividad interna – el cuerpo definitivamente continuó mirando, caminando, hablando y haciendo todos su otros negocios, pero como una máquina automática vacía y nada más. Yo no llegué a ser consciente de ningún "YO" puro, ni siquiera un yo impersonal u otro, – hubo solamente una consciencia de Eso;1 uno podría quizás decir esto, aunque difícilmente de esta forma, dado que no hubo concepto mental de eso, pero nada más. Ni siquiera tuve consciencia de cualquier alma inferior o yo exterior llamados por tal y tal un nombre personal, de que yo estaba haciendo esta actuación de llegar a la consciencia del Nirvana. Bien, entonces ¿qué llega a ser de su "YO" puro y de su "yo" inferior en todo eso? La consciencia (no esta o aquella parte de la consciencia, o un "yo" de cualquier clase) de repente se vació ella misma de todo contenido interno y permaneció consciente solamente de los alrededores irreales y de Algo real e inefable. Usted puede decir que debe haber habido una consciencia consciente de alguna existencia percibida, aunque no hubiera sido de un puro "YO", pero si lo fue, fue algo por los cuales esos nombres parecen inadecuados.
5. Yo he dicho que la ascensión a los niveles superiores no es indispensable para los propósitos espirituales comunes – pero es indispensable para los propósitos de este yoga. Porque su objetivo es llegar a ser consciente, liberar, transformar y unir todo el ser en la luz de una consciencia - Verdad que está en lo alto y no puede ser alcanzada si no hay una dirección hacia el interior completa, ni un movimiento ascendente de trascendencia. Por lo tanto, en consecuencia, toda la complejidad de mi declaración psicológica como un todo, no es nueva en esencia – porque gran parte de ella ocurre en los Upanishads y en otras partes, sino nueva en su totalidad de declaración colectiva y en su desarrollo dirigido hacia un yoga integral. No es necesario que la acepten, a menos que estén de acuerdo con su propósito; para otra finalidad es innecesaria y puede muy bien ser excesiva.
6. Pero cuando uno ha hecho la exploración interna y la ascensión, entonces la consciencia de uno se localiza en lo alto, y uno no puede esperar ver las cosas exactamente como ellas son vistas desde abajo. El Jivatman es para mi, El Que No Ha Nacido (el No Nacido) el que preside sobre el ser individual y sus desarrollos, asociado con él pero por encima de él y ellos y quien por la misma naturaleza de su existencia se conoce a si mismo como universal y trascendente y no menos que individual; y siente que el Divino es su origen, la verdad de su ser, el maestro de su naturaleza y la misma materia de su existencia. El está sumergido en el Divino y es uno con el Eterno por siempre, consciente de su propia expresión y dinamismo instrumental el cual es del Divino dependiente de su amor y delicia, con adoración sobre Eso con el cual sin embargo, a través de ese amor y delicia él es uno, capaz de la relación en la unidad, armónico en sus muchas facetas, sin contradicción, porque esta es otra consciencia y existencia diferente a la de la mente, inclusive la de la mente espiritualizada; es una consciencia intrínseca del Infinito, infinito no solamente en esencia sino en capacidad, que puede ser para su misma consciencia todas las cosas y todavía para siempre el mismo y uno. La realización triple, por lo tanto, llena de dificultades para la mente, es verdaderamente natural, fácil e indisputable para la consciencia supramental, o generalmente a la consciencia del hemisferio superior. El puede ser visto y sentido como conocimiento en todos los planos espirituales, pero el conocimiento indivisible completamente, el dinamismo total de él puede solamente ser realizado a través de la consciencia supramental misma en su propio plano o por su descenso aquí.
7. La descripción del "YO" puro es verdaderamente insuficiente para describir la realización del Jivatman – es preferible describirlo como la Persona verdadera o la Divinidad Individual, aunque eso también no es adecuado. La palabra "YO" siempre viene con una insinuación del ego, de separación; pero no hay separación en esa visión propia, porque el individuo aquí es un centro viviente espiritual de acción para el Uno y no siente la separación del todo que es el Uno.
8. El Jivatman tiene su poder representativo aquí en la naturaleza individual; su poder es Purusha sosteniendo a Prakriti – centralizado en la psiquis, más instrumental en la mente, lo vital, el ser físico y la naturaleza. Es por lo tanto posible mirar a cualquiera de ellos como si ellos fueran el Jiva aquí. Todos son el mismo, y yo estoy obligado a hacer la distinción, no solamente para clarificar el pensamiento, sino por la necesidad de experiencia y conocimiento propio integral dinámico sin el cual es difícil ejecutar y completar este yoga. No es indispensable formularse a uno mismo todo esto, uno puede tener la experiencia y si uno ve claramente con una percepción interna es suficiente para progresar hacia nuestra meta. De todas formas, si la mente es clarificada, sin caer en la rigidez mental y el error, las cosas pueden ser fáciles para el sadhak del yoga. Pero la plasticidad debe ser preservada, porque la perdida de ella es el peligro de la fórmula intelectual sistemática; uno debe mirar dentro de las cosas mismas y no atarse a las ideas. Nada de esto puede ser comprendido excepto por la experiencia espiritual verdadera.
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Yo he usado las palabras Jiva y Jivatman en este y todos los pasajes con el mismo y exacto sentido – nunca se me ha ocurrido que podría haber una diferencia. Si hubiera intentado eso, yo hubiera señalado esa distinción – siendo las dos palabras similares – bien claro y no hubiera dejado que por inferencia se hubiera deducido.
En el pasaje del capítulo del triple orden o estado, yo estaba describiendo como la supermente trabajaba como una fuerza de la propia determinación superior del Divino manifestándola en los tres equilibrios, y lo que era la consciencia del Jivatman en la creación supramental. No hay ninguna declaración de que el lugar del Jivatman está solamente en los planos supramentales; si eso fuera así, el hombre no podría tener ningún conocimiento de su Yo individual o Espíritu antes que él ascendiera al plano supramental; él no podría tener ninguna experiencia del Yo aunque el pueda tener el sentido de la disolución de su ego en algo Universal. Pero él puede llegar a ser consciente de su Yo no nacido ni evolucionado, un centro de la consciencia Divina, mucho antes que eso; el Yo cósmico o individual es experimentado mucho antes de la ascensión a la supermente. Si eso no fuera así, la experiencia espiritual de la clase superior sería imposible para el hombre mental; la liberación sería imposible; el tendría primero que llegar a ser un ser supramental. Y acerca de Purusha, está allí en todos los planos; hay un Purusha mental o monomaya, líder de la vida y el cuerpo, como el Upanishad lo presenta, un Purusha vital y uno físico; está el ser psíquico o Chaitya Purusha que ayuda y lleva todos ellos como si fuera el mismo. Uno puede decir que esos son proyecciones del Jivatman puestas ahí para sostener a Prakriti en los varios niveles del ser. El Upanishad habla también de una Purusha supramental de bienaventurada y deleite, y si la Naturaleza supramental de Bienaventurada y deleite fuera organizada en la evolución sobre la tierra, nosotros podríamos llegar a ser conscientes de ellos sosteniendo los movimientos aquí.
Acerca del ser psíquico, el entra en la evolución, entra en el cuerpo al nacer y se va a la hora de su muerte; pero el Jivatman, como lo conozco yo, no nace y es eterno aunque sosteniendo la personalidad manifestada desde lo alto. El ser psíquico puede ser descrito como el Jivatman entrando en el nacimiento, si usted quiere, pero si la distinción no se hace, entonces la naturaleza del Atman está nublada y la confusión se origina. Esta es una distinción necesaria para el conocimiento metafísico y para algo que es muy importante en la experiencia espiritual. En Inglés, la palabra "Atman" al igual que la palabra "espíritu" es popularmente usada en todas clases de sentidos, pero en ambos, el del conocimiento espiritual y el conocimiento psicológico es necesario ser bien claro y preciso en el uso que uno le da al término, de manera de evitar confusión de pensamiento y visión, por la confusión en las palabras que usamos para expresarlos.
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El Jiva se realiza como el Yo individual, Atman, el ser central sobre la Naturaleza, calmado, intocable por los movimientos de la Naturaleza pero ayudando su evolución aunque no involucrado en ella. A través de esta realización el silencio, la libertad, la amplitud, la maestría, la pureza, un sentido de universalidad en el individuo como un centro de esta divina universalidad llega a ser la experiencia normal. El psíquico es realizado como el Purusha detrás del corazón. El no es universalizado como el Jivatman, pero es el alma individual ayudando desde su lugar detrás del centro del corazón, la evolución mental, vital, física y psíquica del ser en la Naturaleza. Esa realización trae consigo bhakti, entrega completa, rendimiento, el cambio de todos los movimientos hacia el Divino, Bondad, Belleza; rechazo de todo que sea falso, diabólico, feo y discordante; unión a través del amor y la compasión con toda la existencia y apertura a la Verdad del YO y el Divino.