Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

por

Sri Aurobindo


Tomo I, Sección V

PLANOS Y PARTES DEL SER

CONTINUACIÓN

 

No hay ignorancia que no sea parte de la Ignorancia Cósmica, solamente que en el individuo ella llega a ser una formación y un movimiento limitados, mientras que la Ignorancia Cósmica es el movimiento completo de la consciencia del mundo separado de la Verdad suprema y actuando en una moción inferior en la que la Verdad es pervertida, disminuida, mezclada y nublada con la falsedad y el error. La Verdad Cósmica es el modo de ver de las cosas de una consciencia cósmica en la que las cosas son vistas en su esencia verdadera y en su relación verdadera con el Divino y la mutua.

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La Verdad cósmica es la verdad de las cosas como ellas son en el presente expresadas por el universo. La Verdad Divina es independiente del universo, siendo superior a él y originándolo.

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Las experiencias del yogui son experiencias espirituales – experiencias del juego de las Fuerzas y sus relaciones con el yo, la acción de la Guía, lo que está detrás de la apariencia de las cosas, acontecimientos, etc., etc., las realidades actuales de los trabajos de Purusha y Prakriti etc. La Verdad Divina es la Verdad de la Esencia Divina, de la Consciencia, del Yo, del Conocimiento, de la Luz, del Poder y de la Bienaventuranza. Es algo de donde proviene el cosmos con todos sus movimientos, pero es algo más que él.

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La "Mente" en el sentido común de la palabra cubre sin discriminación alguna toda la consciencia, porque el hombre es un ser mental y lo mentaliza todo; pero en el lenguaje de este yoga las palabras "mente" y "mental" son usadas para connotar especialmente las partes de la naturaleza que tienen que ver con la cognición o conocimiento y la inteligencia, con las ideas, con lo mental o percepciones del pensamiento, las reacciones de los pensamientos a las cosas, con los movimientos y formaciones mentales verdaderos, las visiones mentales y la voluntad mental, etc. eso es parte de su inteligencia.

El vital tiene que ser cuidadosamente diferenciado de la mente, inclusive aunque el tenga un elemento mental infiltrado en él; el vital es la vida de la Naturaleza hecha de deseos, sensaciones, sentimientos, pasiones, energías de acción, voluntad de deseos, reacciones del alma - deseo en el hombre y de todo ese juego de instintos posesivos y de otras clases, cólera, miedo, avaricia, lujuria, etc., que pertenecen a este campo de la naturaleza. La mente y el vital están mezclados en la superficie de la consciencia, pero ellos son fuerzas completamente separadas en si mismas, y tan pronto como uno se interna detrás de la consciencia superficial ordinaria uno las ve separadas descubriendo su distinción y puede con la ayuda de este conocimiento analizar sus mezclas superficiales. Es completamente posible e inclusive común durante un tiempo, corto o largo y algunas veces muy largo, para la mente aceptar el Divino o el ideal del yogui, mientras que el vital no está convencido ni rendido y continúa obstinadamente con su forma de deseo, pasión y atracción por la vida ordinaria. Su división o conflicto es la causa de la mayoría de las dificultades más agudas del sadhana.

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San Agustín fue un hombre dedicado a Dios y un gran santo, pero los grandes santos no son siempre – o frecuentemente – grandes psicólogos o grandes pensadores. La psicología que encontramos en sus escritos, sino es la de las escuelas más superficiales, es la callejera; hay tantos errores en ella, como declaraciones psicológicas – y muchos más, porque la mayoría no están expresados sino involucrados en lo que él escribe. Yo estoy consciente que esos errores son prácticamente universales, porque las indagaciones psicológicas en Europa (y sin las indagaciones no puede haber un completo conocimiento) está solo comenzando y no ha ido muy lejos, y lo que ha predominado en la mente de los hombres hasta ahora, es una declaración de las apariencias superficiales de nuestra consciencia como ellos la miran en nosotros a primera vista y nada más. Pero el conocimiento solo comienza cuando nosotros nos apartamos del fenómeno superficial buscando detrás de él sus verdaderas operaciones y causas. Para el punto de vista superficial de la mente y los sentidos externos, el sol es una pequeña bola de fuego girando en el medio del aire alrededor de la tierra, y las estrella, son cositas que centellean en el cielo prendidas ahí para nuestro beneficio en la noche. Las indagaciones científicas llegan y golpean en pedazos este punto de vista infantil. El sol es una cosa inmensa (millones de millas de distancia de nuestra atmósfera) alrededor del cual el pequeño planeta tierra rota; y las estrellas son miembros inmensos de unos inmensos sistemas a una distancia indescriptible que no tienen nada que ver aparentemente con esta pequeñísima tierra y sus criaturas. Toda la Ciencia es así, una contradicción de lo que se percibe con los sentidos o la apariencia superficial de las cosas, con las afirmaciones de las verdades que son impredecibles por la razón común e ignorante. El mismo proceso tiene que ser seguido en psicología si nosotros realmente nos proponemos saber lo que es nuestra consciencia, como está construida y hecha y cual es el secreto de sus funcionamientos o la forma de escapar de sus irregularidades, perturbaciones y enfermedades.

Aquí hay muchos errores comunes y capitales:–

1. La mente y el espíritu son la misma cosa.

2. Que podemos hablar de toda la consciencia como "la mente".

3. Que toda la consciencia, por lo tanto, es de sustancia espiritual.

4. Que el cuerpo es meramente Materia, no consciente, por lo tanto, algo completamente diferente de la parte espiritual de la naturaleza.

Primero, el espíritu y la mente son dos cosas diferentes que no debemos confundir y unirlas. La mente en una entidad instrumental o una consciencia instrumental que su función es pensar y percibir – el espíritu es una entidad esencial o consciencia que no necesita pensar o percibir en la forma mental o sensoria, porque cualquier conocimiento que el tiene es directo o conocimiento esencial, svayamprakãsa.

Después le sigue, que toda la consciencia no es espiritual, que no necesita ser verdad y no lo es, que la cosa que ordena y la cosa a la que se ordena es lo mismo, que no son completamente diferente y que son de la misma sustancia y que por lo tanto están limitadas o por lo menos deben de estar todas de acuerdo.

Tercero, no es ni siquiera cierto que es la mente la que está mandando a la mente y se encuentra a si misma desobedecida por ella misma. Primero, hay muchas partes de la mente, que cada una es una fuerza en si misma con sus formaciones, funcionamientos e intereses y ellas pueden que no estén de acuerdo. Una parte de la mente puede ser influenciada espiritualmente y puede que le guste pensar del Divino y obedecer los impulsos espirituales, otra parte puede ser racional o científica o literaria y preferir seguir las formaciones, creencias o dudas, preferencias mentales e intereses que están en conformidad con su educación y su naturaleza. Pero completamente aparte de eso, lo que estaba mandando a San Agustín podría muy bien haber sido la mente pensante o la razón mientras que lo mandado era el vital, y el vital y la mente, digan lo que digan, no son la misma cosa. La mente pensante o buddhi vive en el hombre aunque imperfectamente, por la inteligencia y la razón. Por otra parte, el vital, es una cosa de deseos, impulsos, fuerzas que empujan, emociones, sensaciones, persiguiendo logros, posesiones y disfrutes en la vida; estas son sus funciones y su naturaleza; es esa parte en nosotros la que busca la vida y sus movimientos por su propio bien y no quiere soltarlos de ninguna forma, aunque le traiga más sufrimientos que placeres; inclusive es capaz de regocijarse con las lágrimas y sufrimientos como parte del drama de la vida. ¿Qué hay entonces en común entre la inteligencia pensante y el vital y por qué este último debe obedecer a la mente y no seguir su propia naturaleza? La desobediencia es perfectamente normal en vez de ser, como San Agustín sugiere incomprensible. Por supuesto, el hombre puede establecer un control mental sobre su vital y mientras lo haga, él es un hombre, – porque la mente pensante es una entidad más noble, más iluminada y más consciente que el vital y debe por lo tanto gobernar, y si la voluntad mental es fuerte, puede gobernar. Pero este gobierno es precario, incompleto y sostenido solamente con mucha disciplina propia. Porque si la mente es más iluminada, el vital está más cerca de la tierra, es más intenso, más vehemente y es capaz de tocar el cuerpo más directamente. También está la mente vital que vive de imaginaciones, pensamientos de deseos, voluntad para actuar y disfrutar de sus propios impulsos y esto es capaz de asir a la razón misma y hacerla su ayudante, su consejero justificador y su abastecedor de excusas y pretextos. Está también la fuerza pura de Deseo en el hombre que es la ayuda principal del vital y es fuerte suficiente para barrer la razón, como dice el Guita, "como un barco en aguas tormentosa", nãvamivãmbhasi.

Finalmente, el cuerpo obedece a la mente automáticamente en aquellas cosas en la que está formado y entrenado a obedecerla, pero la relación del cuerpo con la mente no es en todas las cosas esa relación del perfecto instrumento automático. El cuerpo también tiene consciencia propia y aunque es un instrumento subordinado a la mente o submental, o una consciencia sirviente, el puede tanto desobedecer como dejar de obedecer. En muchas cosas, como por ejemplo en la salud y enfermedad, en todas las funciones automáticas el cuerpo actúa por si mismo y no es un sirviente de la mente. Si el está fatigado el puede ofrecer una resistencia pasiva a la voluntad de la mente. El puede nublar la mente con tamas [una de las tres gunas o tres modos de la naturaleza que son sattva, rajas, tamas: la forma de la ignorancia], inercia, embotamiento y emanaciones del subconsciente de manera que la mente no pueda actuar. El brazo se levanta, no hay duda, cuando siente la sugerencia, pero al principio las piernas no obedecen cuando a ellas se les pide que caminen; ellas tienen que aprender la actitud y el movimiento de como dejar de gatear y hacer el hábito de estar erecto y caminar. Cuando usted primero le dice a la mano que dibuje una línea recta o que toque alguna música, ella no puede hacerlo y ella no lo hará. Ella tiene que ser enseñada y entrenada y después de eso ella hace automáticamente lo que se pide. Todo esto prueba que hay un cuerpo - consciencia que puede hacer cosas cuando la mente se las ordena, pero tiene que ser despertado, entrenado, hecho un instrumento bueno y consciente. El puede inclusive ser tan bien entrenado que una voluntad mental o sugerencia puede curar la enfermedad del cuerpo. Pero todas estas cosas, estas revelaciones de la mente y el cuerpo, se sostienen sobre la misma base en esencia así como la relación de la mente y lo vital y no es muy fácil o primitiva como San Agustín la tomaría.

Esto nos pone el problema en otra posición, mucho más claro de entender, y si nosotros estamos preparados a seguir adelante lo suficiente, hasta nos sugiere la forma de salir de él, el camino del yoga.

P.D. Todo esto es completamente aparte del factor importantísimo de la personalidad plural y su contribución, a la cual las investigaciones psicológicas están comenzando ocultamente a incluir. Eso es un asunto más complejo.

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Cuando la mente se voltea hacia el Divino y hacia la Verdad y siente y responde a eso solamente o principalmente, ella puede ser llamada una mente psíquica – es algo formado por la influencia del ser psíquico en el plano mental.

La mente espiritual es una mente que en su totalidad está consciente del Yo, reflejando el Divino, buscando y entendiendo la naturaleza del Yo y sus relaciones con la manifestación, viviendo en eso o en contacto con eso, calmada, amplia y despierta al conocimiento superior, sin perturbar por el juego de las fuerzas. Cuando ella obtiene su movimiento completo de liberación, su estación central es muy usual que se sienta por encima de la cabeza, aunque su influencia puede extenderse hacia abajo a través de todo el ser y hacia afuera a través del espacio.

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La capacidad espiritual significa simplemente una capacidad natural para la verdadera experiencia y el verdadero desarrollo espiritual. Ella puede ser tenida en cualquier plano, pero el resultado natural es la facilidad de ponerse en contacto con el Yo y los planos superiores.

La mente psíquica y el psíquico mental es prácticamente la misma cosa – cuando hay un movimiento de la mente en el que la influencia psíquica predomina, se le llama el psíquico en la mente o la mente psíquica.

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La Mente Superior es uno de los planos de la mente espiritual, el primero e inferior de ellos; está por encima del nivel mental normal. La mente interna es la que descansa detrás de la mente superficial (nuestra mentalidad común) y puede solamente ser experimentada directamente (aparte de sus vrttis en la mente superficial tales como la filosofía, la poesía el idealismo, etc.) por el sadhana, rompiendo el hábito de estar en la superficie y dirigiéndonos hacia nuestro interior en lo profundo.

La gran mente es un término general que cubre los dominios de la mente que llegan a ser nuestro campo de acción, ya sea dirigiéndonos hacia nuestro interior o ampliándonos en la consciencia cósmica.

El verdadero ser mental no es el mismo que el mental interno – el verdadero ser mental, vital y físico significa el Purusha de ese nivel, liberado del error y del pensamiento y la voluntad ignorante de la Prakriti inferior y abierto directamente al conocimiento y la guía de lo alto.

Cuando hablamos del vital superior usualmente nos referimos a la mente vital y al ser emotivo como opuesto al vital medio que tiene su asiento en el ombligo y es dinámico, sensacional y apasionado, y el vital inferior que está hecho de pequeños movimientos de los deseos y reacciones de la vida humana.

 

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