- Lo Relativo y lo Absoluto.
- Relatos de la Vida Diaria.
- Por la Rev. Yin Zhi Shakya,
OHY
- Corrector: Fernando Valencia [Zheng
chún] de Bogotá, Colombia.
-
- Relato
#5
“Subhuti,
si los Bodhisattvas dicen, “Las aflicciones de otras personas son
removidas por mi enseñanza”, entonces éste es el ego religioso. Si ellos
dicen, “He liberado a seres vivientes”, entonces esto es dominio.
Incluso si ellos liberan a seres, pero tienen sujeto y objeto en la
mente y el sentido del yo y del otro no es removido, ellos no pueden ser
llamados Bodhisattvas. Si ellos exponen toda clase de métodos convenientes
y oportunos, educando y liberando a los seres vivientes, sin ningún sujeto
y objeto en la mente, entonces ellos son Bodhisattvas.”
-
Tomado de Los Comentarios de Hui-Neng sobre el Sutra Diamante
-
- Después de conducir el automóvil
por más de dos horas, habíamos llegado al final de la estrecha, pendiente
y serpenteada carretera que nos conducía a nuestro destino: un pequeño
pueblecito llamado ‘Aibonito’ – el punto más elevado de la isla de
Puerto Rico – también llamado ‘La Ciudad de las Flores’. Dice la
leyenda que un día un ciudadano español o “un peninsular”, como comúnmente
se les llamaba en Puerto Rico en la época de la Colonia, estaba observando
la montaña y embriagado con la belleza del paisaje exclamó “¡Ay, qué
bonito! Y de ahí el origen de su nombre.
-
- Estábamos al borde de la
carretera, en lo alto de la montaña, desde donde se divisaba la línea
plateada del Río Asabón que descendía desde muy cerca del punto donde nos
encontrábamos. Nos bajamos del automóvil para respirar el aire fresco de
la mañana. Eran las nueve y media de un día de abril y el sol ya comenzaba
a calentar sobre nuestras espaldas.
-
- Cansados de estar sentados en
el automóvil, nos bajamos y caminamos unos pasos divisando una gran piedra
a la orilla de la carretera, donde podríamos sentarnos a descansar un rato
en paz, estirar las piernas y tomar un poco de agua del termo que habíamos
llevado en caso de emergencia.
-
- Después de muchos años de
ausencia, al fin estábamos de regreso en Puerto Rico. Allí habíamos
vivido por un periodo de diez años, y tres de nuestros hijos habían nacido
allí. Nos sentamos en la piedra a tomar agua y a coger fuerzas para seguir
adelante con nuestro primer día de vacaciones. Estábamos felices.
-
- Estando allí sentados,
disfrutando en silencio del paisaje, escuchamos voces de alguien que venía
caminando por la carretera. Por el tono de la conversación, parecía ser
una madre discutiendo con su hijo. Más adelante, cuando pudimos divisarlos,
observamos que era una señora de más o menos treinta y cinco años y un
adolescente que estaría por los doce o trece años.
-
- El muchacho decía:
-
- – Pero mamá ¡siempre me
estás sermoneando! Te pasas la vida diciéndome lo que tengo que hacer, no
hay nada que me moleste más que ese sermón diario. ¡Te odio!
-
- - Estás pasándote de la raya
– replicó la mamá. Llegas tarde a casa sin permiso. Le contestas a tu
padre como si no tuviera autoridad, y a mí me tratas muy mal. Yo soy tu
madre, ¡óyelo bien! Yo soy tu madre... Y además de todo eso, quiero
preguntarte algo, tu maestra me ha dicho que has estado faltando a la
escuela... ¿Dónde te andas metiendo? ¿Estás en las drogas? ¿Qué andas
haciendo vagando por ahí?
-
- La señora se detuvo y comenzó
a llorar. El muchacho continuó su camino riéndose y vociferando palabras
obscenas.
-
- Mi esposo y yo estábamos
sorprendidos, no sabíamos que hacer, era un verdadero caos mental lo que
esos dos seres estaban viviendo. Me vino a la mente, “¡Qué horrible es
la vida en el samsara! ¡Qué triste es no ver la verdad!, y todo mi cuerpo
se estremeció por un segundo. Inmediatamente después, una sensación de
calma invadió mi cuerpo físico y mental. “Con la totalidad brillante de
dhyana y prajna nunca pierdo mi ecuanimidad”, dijo el Maestro Zen Hsuan
Chuen, y así mismo era.
-
- Mi esposo se levantó y caminó
hacia el joven que continuaba vociferando a medida que avanzaba hacia la
curva de la carretera. Acto seguido, los vi desaparecer al final de la
curva. Mientras tanto la señora continuaba llorando y parecía que estaba a
punto de desmayarse. Me le acerqué y le dije:
-
- - ¿Hay algo en que pueda
ayudarla?
-
- - No señora, gracias, es que
no he sabido educarlo. ¡Ay bendito, se me ha ido de entre las manos! – me
comentó.- Cálmese – le dije, ¿quiere un poco de agua?
-
- Aceptó el agua con manos
temblorosas y continuó:
- - ¿Qué hago? ¿Qué hago? Míreme
como estoy, hasta le pregunto a usted que no la conozco.
-
- - No se preocupe – le dije,
todos somos hermanos en esta tierra y aquí estoy para escucharla. Si
quiere, cuénteme un poco más.
-
- - No he sabido educarlo, no he
sido buena madre, no tengo la menor idea cómo hacerlo y siento que es mucho
mejor para mí morirme. Mi vida no tiene razón de ser. ¿Qué hago? Mi hijo
me odia, no hay nada que hacer y lo peor de todo es que él está cogiendo
por muy mal camino. Y mi esposo... a ese no le importa nada; en fin, no
tengo a nadie que me ayude, ni siquiera con un consejo – replicó.
-
- Parecía que realmente quería
una ayuda, ‘un consejo’ como ella misma decía, una guía, y yo estaba
lista para escucharla, así que le dije:
-
- - Me dices que no has sabido
educarlo y que no has sido una buena madre. Si de ahora en adelante
comprendes lo que significa “la educación” quizás puedas enmendar
esto, pensar correctamente, dirigir tu vida de forma que puedas obtener el
control sobre tu mente, y así, salir de ese estado de angustia y
sufrimiento en que te encuentras.
-
- - No creo que eso sea posible
– dijo.
-
- - He escuchado lo que te ha
dicho cuando venían discutiendo por la carretera, que siempre lo estás
sermoneando, que no lo dejas vivir – le contesté.
Pero permíteme decirte que yo creo que eso es lo mejor que has
podido hacer. El sermón es un arte, de pronto un arte perdido, sin embargo,
bien utilizado es algo que va directo a lo más profundo de las personas.
Cristo pronunció su Sermón de la Montaña, Buda cuando hablaba lo hacía
en forma de sermón o enseñanza. Tú lo has estado haciendo
desordenadamente, y sin querer has generado más caos. Pero de ahora en
adelante espero que aprendas la técnica de los grandes sabios, de Cristo,
de Buda, de Confucio y lo utilices correctamente.
-
- - De Cristo no sé mucho -
prosiguió ella, sólo sé que Él ya no puede arreglar mi vida, estoy metida
en un hueco muy profundo, y el otro, Buda, ¿quién es y qué podría hacer
por mí? ¿Es un gurú de esos que arreglan la vida de los demás por un módico
precio? Nunca he creído en nada ni en nadie, pero ahora soy capaz de ir
donde cualquier persona y a cualquier lugar para que me solucionen mis
problemas y dirijan mi vida, ya
que yo misma no he sabido hacerlo, ni creo que sabré hacerlo. Esta vida es
una basura.
-
- - Te entiendo – le dije –
pero esa no es la solución. En el Séptimo Mundo del Budismo Chan hay un
párrafo 'muy verídico' que dice, "No podemos depender de espíritus errantes, de
personas o de las estrellas para explicar y dirigir nuestros destinos. Las
estrellas y los espíritus no pueden hacer lo que estamos obligados a hacer
por nosotros mismos. Y con seguridad, no podremos liberarnos del sufrimiento
si idolatramos a otro ser humano y le damos el poder de dirigir nuestra
vida". Nuestra vida es nuestra responsabilidad y somos nosotros mismos los únicos
que podemos tomar las decisiones sobre qué camino debemos seguir. Hay que
armarse de valor, ser fuertes y enfrentar nuestros problemas.
-
- Yo sabía que en la vida, las
relaciones entre los seres humanos, así como las relaciones entre los seres
humanos y el universo, no tienen valor ni significado sin una educación
correcta. El Maestro Jy Din dice en su libro ‘Las Enseñanzas de Hsu
Yun’ en el capítulo dos, “la disciplina es el fundamento sobre el que
descansa la iluminación; y que la disciplina regula nuestro comportamiento
y lo hace estable. Entonces la constancia se transforma en
firmeza y ésta es la que produce la sabiduría. Sin una educación y
una disciplina adecuada, el ser humano sin comprender la ley de la
causalidad, sin aceptar las normas de esa disciplina necesaria, sin mantener
una fe inquebrantable en al existencia de su Yo Búdico y sin siquiera tener
un método y mucho menos estar determinado a seguir alguno para tener éxito
en la liberación de los sufrimientos, continua ignorante de su verdadera
identidad y por lo tanto su conducta es errática y egoísta, sufriendo
consecuentemente los resultados de sus pensamientos y actos “ignorantes y
erróneos” por supuesto”. Así que comencé diciéndole:
-
- - Ese Buda del que te hablé y
del que ahora me preguntas, no es un gurú ni nadie que por un precio módico
te puede ayudar; él fue un hombre que ofreció al mundo un ‘Camino’
para que aquel que lo transitara pudiera terminar con todo este sufrimiento
y angustia por la que estás pasando, lo cual, en otras palabras, llamamos
la vida en el ego, ese caos mental en el cual te encuentras.
-
- - ¿Y dónde está ese
‘Camino’? ¿Cómo puedo llegar a él? ¿Existe de verdad? – replicó.
-
- - Para poder transitar por
este ‘Camino’, es importante entender la relación entre los seres
humanos, y una vez que se entiende, se aprende a amar a las personas. El
ejemplo es la mejor forma de enseñanza en cuanto a conducta se refiere. La
importancia del respeto mutuo, o sea, la importancia de la tolerancia,
solamente puede enseñarse a través del ejemplo.
-
- - Es muy importante también
entender la relación entre los seres humanos y el medio ambiente, y una vez
que se entiende, se aprende a cuidar el medio ambiente y a apreciar cada
cosa de nuestro entorno. Eso solamente puede enseñarse a través del
ejemplo. La importancia de cuidar todo lo que se encuentra a nuestro
alrededor, y la importancia de la ayuda a quien lo necesita y a lo que lo
necesita es, en otras palabras, la verdadera
compasión.
-
- - Y por último, es importantísimo
entender la relación entre los seres humanos y el cielo, y una vez que se
entiende, aprendemos a respetarnos a nosotros mismos y a los demás, porque
en cada uno, comenzando por nosotros mismos, veremos al todo poderoso, o a
tu Buda interno, o a tu Cristo salvador, él cual se encuentra en todos y
cada uno de los seres vivientes. Esa es la instrucción que se ofrece a través
de la educación, y que llega a cada uno de nosotros a través del ejemplo
de un buen maestro, ya sean los padres o cualquier otra persona que sirva de
modelo. José de la Luz y Caballero un conocido educador cubano dijo,
“Instruir puede cualquiera; educar sólo el que sea un evangelio vivo. Y
eso no es difícil si hay amor”.
-
- - La paz individual, la paz de
tu familia, y hasta la paz del mundo pueden ser logradas si la mente y el
cuerpo están bien entrenados, la familia está bien orientada, y el país
bien gobernado; y todo eso se hace a través de la educación y la
disciplina, de esa auto-educación budista de la que te estoy hablando.
El Venerable
Maestro Chin Kung dice,
“Sufrimos porque nuestras mentes están llenas de pensamientos erráticos
y preocupaciones que se derivan de la codicia, la cólera, la ignorancia y
la arrogancia.”
-
- - ¿Entiendes lo que te estoy
tratando de decir? – le pregunté.
-
- - ¿Quién eres tú? –
respondió.
-
- - Un caminante en el camino
– le contesté. Alguien para quien es un verdadero placer escucharte y
hablar contigo.
-
- - ¿Y qué tengo que hacer? Ya
había imaginado tirarme de un barranco, desaparecer... realmente no sé que
hacer – me dijo.
Entonces escúchame – el Venerable Maestro Chin Kung
dice en uno de sus trabajos: “Las enseñanzas de Buda contienen tres
puntos principales: disciplina, meditación y sabiduría. La sabiduría es
la meta; La meditación profunda o concentración es el proceso crucial para
alcanzar la sabiduría; La disciplina alcanzada a través de observar los
preceptos, es el método que nos ayuda a lograr la meditación profunda. Así
se llega de forma natural a la sabiduría. La enseñanza completa de Buda
como se transmite en los Sutras nunca se aparta de esos tres puntos”.
- - Pero tengo tan poco tiempo
para aprender, este problema se me ha salido de las manos, ni siquiera sé
quién eres y ya es tarde. Mi hijo se ha ido y no estoy preparada para
enfrentar la situación con las pocas palabras que me has dicho. Has abierto
en mí un camino, pero necesito ayuda para caminarlo. ¿Dónde vives? ¿Dónde
puedo conseguirte? ¿Dónde estarás mañana? ¿Qué hago... qué hago? –
me dijo compungida y con apremio.
-
- Entonces le dije – nadie
puede hacer por ti el trabajo que debes y tienes que hacer por ti misma.
Esto no es un problema para que alguien te saque del atolladero. Eres tú y
solamente tú la única persona que puede solucionarlo, por así decirlo,
porque eres tú la que está mirando el cuadro con los lentes equivocados.
Alguien dijo, “Nada es verdad ni es mentira, todo es según del color del
cristal con que lo miras”. Y eso es lo que aquí está pasando.
- - ¿Y que lentes me pongo
entonces? – preguntó.
-
- - Si me permites decirlo, lo
que necesitas son los lentes de la mente búdica que es imparcial, a través
de los cuales has de mirar el problema o los problemas, no desde tu punto de
vista, con tu susceptibilidad, egoísmo, apego y atribuyéndote toda la
culpa o parte de ella. Tú y tu hijo se necesitan mutuamente para crecer en
la comprensión y en el entendimiento, para poderse liberar de este
sufrimiento del que se culpan mutuamente y de esa misma forma, liberar a
todos los que tengan contacto con ustedes en cualquier forma. El amor es
contagioso, cuando se libera continua expandiéndose infinitamente.
-
- Has de hablarle con firmeza y
a la vez con amor. Pero sobre todo tienes que tranquilizar tu mente,
aplacarla. Todo va a salir bien, ya verás. Todas las soluciones llegan a su
debido tiempo cuando verdaderamente son buscadas con honestidad, sin recelos
y con una mente abierta para poder recibirlas, analizarlas y aplicarlas.
Este será ahora tu trabajo.
-
- Antes de irme te voy a dar un
libro que traje conmigo y que quiero que lo aceptes como un regalo y lo leas
detenidamente; se llama ‘Las
Enseñanzas de Xu Yun’ o ‘Nube Vacía’. Son las enseñanzas de las
que te hablé y la forma de ponerlas en práctica. Léelo, aplícalo y verás.
-
- Cada individuo se comunica con
‘Dios’ a su manera. Pero
todos, absolutamente todos, si de verdad quieren una respuesta de ‘Ese
Dios’, tienen que dirigirse a su interior, ‘a su cámara interna’, ya
que, "Dios
es visto cuando la mente está tranquila. Cuando los mares mentales están
agitados por los pensamientos de los deseos, no pueden reflejar a Dios.
Sabes, a la mente no le gusta desprenderse de sus creencias”. Así que
para tranquilizar esa mente loca, es necesaria la meditación.
-
- - ¡Cuánto
la necesito! – exclamó. Parecía mucho más calmada. En eso aparecieron al borde de
la carretera mi esposo y su hijo; los dos venían caminando con un refresco
en la mano y parecía que los ánimos estaban mucho más calmados.
-
- Mi esposo les preguntó si
querían que los dejáramos en su casa y contestaron que no, que muchas
gracias por el ofrecimiento. Entonces subimos al automóvil y nos alejamos
para continuar con nuestras vacaciones. Miré hacia atrás por el cristal y
los vi caminando cogidos de la mano. No sé que habrá pasado después, pero
estoy segura que algo había sucedido ahí, en ese momento, una energía
maravillosa me envolvió dándome seguridad.
-
- Para terminar el relato, los
dejo con dos estrofas pertenecientes al Himno
a la Iluminación del Maestro Zen Hsuan Chuen y el poema del Gran
Maestro Hsu Yun “El
Perro Ladrador”. Quizás después de leerlos puedan darle un
significado más exacto a esta narración.
-
- “En la multiplicidad del
mundo relativo,
No puedes encontrar tal libertad.”
-
- “Si el sol llega a
enfriarse, y la luna a calentarse,
La maldad no puede quebrantar la verdad.”
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-
- Y con las mismas palabras del
Gran Maestro Zen, Hsu Yun en su poema ‘El Perro Ladrador’:
-
- Subimos al cerro por simple
placer.
No necesitábamos empaquetar más vino.
- Se abrieron, risueñas, las
flores del precipicio.
En el río los sauces se mostraban radiantes.
- Con la llovizna el humo del
pueblo se congeló, se ocultó.
El viento era suave y la hierba estaba húmeda.
- Entre los matorrales de los árboles,
sorprendidos,
Escuchamos de pronto el ladrar de un perro.
- Quería que supiéramos que el
Maestro estaba alerta.
-
-
- Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
- Martes, 05 de febrero de 2002
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