Una evolución ESPIRITUAL, una evolución de conciencia en la materia es la constante del desarrollo en sí, hasta que la forma, pueda revelar el espíritu que vive en ella, esa es… la nota tónica y el motivo significativo y central de la existencia terrestre. El significado está oculto / escondido en el principio de la evolución por la involución del Espíritu, la Realidad Divina, en la densa e impenetrable inconsciencia de la materia; un velo de inconsciencia, un velo de Materia insensible esconde la Fuerza de la Conciencia universal la cual trabaja de adentro, de manera que la Energía, la cual es la primera forma de la Fuerza creadora, se apropia del universo físico, apareciendo ser en ella misma inconsciente pero haciendo el trabajo de una inteligencia vasta y oculta.
El oscuro misterio creador finaliza verdaderamente liberando la consciencia secreta fuera de su tenebrosa prisión; pero la liberación es lenta, poco a poco, en gotas infinitesimales, en corrientes finitas, en pequeñas concreciones de energía y sustancia de vida, de mente, como si eso fuera todo lo que ella pudiera obtener a través del espeso obstáculo, el medio renuente, opaco / obtuso de una existencia de materia prima inconsciente. Al principio tenemos las vasijas, ellas mismas en forma de Materia, que aparecen ser del todo inconsciente, entonces luchan por una mentalidad en la forma de Materia viviente y alcanzándolo imperfectamente en la consciencia animal. Esta consciencia es al comenzar rudimentaria, mayormente mitad consciencia o instinto de consciencia; se desarrolla despacio en una mejor forma organizada de Materia viviente y llega a su clímax de inteligencia y lo sobrepasa en el Hombre, el animal pensante que se desarrolla en el ser racional mental, pero lleva consigo inclusive en su más alta expresión, la animalidad original, el peso muerto del cuerpo subconsciente, el control de una Naturaleza material inconsciente sobre su evolución consciente, su poder de limitación, su ley de desarrollo dificultoso y su inmensa fuerza de retroceso y frustración.
Este control por su Inconsciencia original sobre la consciencia emergente toma la forma de una mentalidad luchando por conocimiento en ella mismo, en la cual parece ser su naturaleza fundamental, la Ignorancia. Por lo tanto, impedido y cargado, el hombre mental tiene todavía que evolucionar fuera de él, el hombre consciente y completo, una humanidad divina o la humanidad espiritual y supramental la cual debe ser el producto próximo de la evolución. Esa transición marcará el pasaje / paso de la evolución en la Ignorancia a la gran evolución en el Conocimiento, edificada y desarrollada en la luz de la Súperconsciencia y no en la oscuridad de la Ignorancia e Inconsciencia. Este trabajo evolutivo de la Naturaleza aquí en la tierra, desde la Materia hacia la Mente y más allá, tiene un doble proceso: hay un proceso externo visible de evolución física, con un nacimiento como su mecánica - por cada forma desarrollada o cuerpo, su propio poder de consciencia es mantenido y guardado para la continuación por la herencia; hay, al mismo tiempo, un proceso invisible de la evolución del alma con un renacimiento, en una escala ascendente de forma y consciencia como su mecánica. Lo primero, en sí mismo, significaría solamente una evolución cósmica; porque el individuo sería un instrumento que perecería / sucumbiría rápidamente, y la raza, habitando una formula colectiva, sería un paso real en la manifestación progresiva de un habitante cósmico, el Espíritu universal:
1. Renacer /reencarnar es una condición indispensable de una larga duración y evolución de un ser individual en la existencia terrestre. Cada grado de manifestación cósmica, cada tipo de forma que le da vivienda al Espíritu que vive en ella, se convierte, por el proceso de renacimiento o reencarnación se convierte en un medio para el alma individual (la entidad síquica), para manifestar / expresar más y más su consciencia escondida; cada vida llega a ser un paso más en la victoria sobre la Materia por un gran adelanto de consciencia en ella misma la cual hará que eventualmente la Materia sea un medio para la completa manifestación del Espíritu.
El hombre está situado en la cresta de la ola de la evolución. En él, es que ocurre la travesía desde la inconsciente a la consciente evolución.
Debe ser observado, que la aparición del cuerpo y la mente humana en la tierra marca un paso crucial, un cambio decisivo en el curso y el proceso de la evolución; no es meramente la continuación de los viejos patrones. Hasta este advenimiento del desarrollo de la mente pensante en la Materia la evolución ha sido afectada, no por la inteligente aspiración, o la intención, o la voluntad, o la búsqueda del ser viviente, sino, subconscientemente o sublimemente por la automática operación de la Naturaleza. Esto fue así porque la evolución comenzó desde la Inconsciencia, y la Consciencia secreta no había emergido / despertado suficientemente para operar a través de la participación de la voluntad individual misma de su criatura viviente.
Pero en el hombre los cambios necesarios han sido hechos - el ser se ha vuelto más y más consciente de sí mismo; así se ha manifestado en Mente, su voluntad de desarrollarse, de crecer en conocimiento, de profundizar su vida interior y ampliar su existencia exterior para incrementar las capacidades de la naturaleza. El hombre ha visto que puede haber un nivel mayor de consciencia que el propio; el estro / tábano (la potencia) está ahí, en su mente y su vida; la aspiración para crecer, es entregada y proclamada dentro del él mismo: él se ha vuelto consciente de un alma, de sí mismo y del espíritu. En él, entonces, la sustitución a una evolución consciente de una evolución subconsciente ha llegado a ser concebible y practicable, y bien se podría decir o concluir, que la aspiración, la urgencia, la misión persistente en él, es un signo seguro de la voluntad de la Naturaleza por una más elevada forma de realizarse, el surgimiento de un estado más grande / más sublime.
En cada paso, uno recibe un mensaje interno diciéndole cual será el próximo.
Ahí, en lo que parece ser algo inconsciente en la Vida, los signos de sensación brotando hacia la superficie se hacen visibles; en la vida que se mueve y respira, el surgimiento de una mente sensitiva es obvio y la preparación de la mente pensante no está enteramente escondida; mientras en la mente pensante, cuando ésta se desarrolla, aparece en una etapa temprana un esfuerzo rudimentario, y más tarde las búsquedas más desarrolladas de una consciencia espiritual. Al igual que la vida de la planta contiene en ella misma la oscura posibilidad de una consciencia animal; al igual que la mente del animal es agitada con los movimientos de los sentimientos, y las concepciones básicas que son la base para el hombre pensante, así, el hombre, el ser mental es sublimado por la misión de la Energía evolutiva, para desarrollar fuera de sí mismo, el hombre espiritual, el ser completamente consciente, el hombre sobrepasándose y descubriéndose a sí mismo en su naturaleza superior.
La naturaleza del próximo paso es indicada por las profundas aspiraciones despertadas en la raza humana. La acción de la Naturaleza en la evolución de un tipo de especie y consciencia, es desarrollar primeramente el tipo de especie en su más alta capacidad, por un aumento sutil en su complejidad, hasta que esté suficiente maduro para su florecimiento; la madurez decide el brote, reversiblemente, retrayendo la consciencia hacia ella misma en lo que constituye un nuevo nivel en la evolución. Suponiendo que el próximo paso fuera el ser espiritual y supramental, la fuerza espiritual en la raza podría ser tomada como el signo de que era la intención de la Naturaleza, y el signo también de la capacidad del hombre para operar en él mismo o ayudar a la naturaleza a operar la transición. Si la llegada en el ser animal, de una especie similar o algo parecido a la especie de mono, pero desde el principio dotado con los elementos de humano, fue el método de la evolución humana, la aparición en el ser humano de una especie o tipo espiritual parecido al animal - mental humano pero listo con el sello de la aspiración espiritual en él, podría ser obviamente el método de la Naturaleza para una producción evolutiva del ser espiritual y supramental. Es pertinente sugerir que si la intención de la Naturaleza fuera esa culminación evolutiva y el hombre su medio, serían solamente unos pocos y especiales humanos evolucionados, los que formarían la nueva especie o tipo y esos adelantarían hacia una nueva vida; una vez hecho esto, el resto de la humanidad quedaría retrasada de la aspiración espiritual que ya no sería necesaria para el propósito de la Naturaleza quedando estancada en su condición normal. Igualmente, sería razonable, que la gradación o rango en las especies debería ser preservado si hay realmente una ascensión del alma por la reencarnación a través de los grados de evolución hacia la cima espiritual; porque de otra manera, los pasos intermedios, los más necesarios de todos, serian suprimidos. Debe ser entendido, de una vez, que no hay ni la menor probabilidad o posibilidad que la raza humana en su totalidad sea elevada de un tirón al nivel supramental; lo que se sugiere no es nada tan revolucionario y asombroso, sino solamente la capacidad en la mente humana, cuando ha llegado a cierto nivel o a cierto punto de fuerza evolutiva, presionar hacia un plano más alto de consciencia en su ser. El ser, necesariamente pasaría por un cambio de la normal constitución de su naturaleza, un cambio seguro de su constitución mental y emocional y de sus sensaciones y también en gran parte un cambio de la consciencia corporal y de la condición física de nuestra vida y energía; pero el cambio de consciencia seria el factor principal, el arranque inicial; la modificación física sería un factor subordinado, una consecuencia. Este cambio de estado / conversión de consciencia siempre sería posible al ser humano cuando la llama del alma, la psiquis inflamable, llegaría a ser potente en el corazón y mente y entonces la naturaleza estaría lista. La aspiración espiritual es innata en el hombre; porque él es, a diferencia del animal, consciente de la imperfección y la limitación y siente que hay algo que alcanzar más allá de lo que él sabe ahora: esta urgencia de sobrepujarse, no es fácil de que nunca muera totalmente en la raza. El estado mental humano estará siempre ahí, pero estará ahí, no solamente como un nivel en la escala de renacimiento o reencarnación, sino como un pasaje abierto hacia el estado espiritual y supramental.
Un cambio de consciencia es la verdad primordial de la siguiente o próxima transformación evolutiva, y la consciencia misma, por su propia mutación, impondrá y efectuará cualquier mutación necesaria del cuerpo.
En el estado anterior de la evolución de la Naturaleza el primer cuidado y esfuerzo tuvo que ser dirigido hacia el cambio en la organización física, porque solamente allí podía haber un cambio de consciencia; eso fue una necesidad impuesta por la insuficiencia de la fuerza de consciencia ya en formación para efectuar el cambio en el cuerpo. Pero en el hombre un reverso es posible, de seguro inevitable; porque es a través de la consciencia, a través de su transmutación y no a través del cuerpo de un nuevo organismo o especie como su primera instrumentación que la evolución puede y deberá ser efectuada. En la realidad íntima de las cosas un cambio de consciencia siempre fue la verdad primordial, la evolución siempre ha tenido un significado espiritual y el cambio físico solamente fue instrumental; pero esta relación fue finalizada por el primer balance anormal de los dos factores, el cuerpo de la Inconsciencia externa oscureciendo la importancia del elemento espiritual, el ser consciente. Pero cuando el balance ha sido corregido, ya no es más el cambio del cuerpo el que debe preceder el cambio de consciencia; la consciencia en ella misma por su mutación o cambio necesitará y operará cualquier mutación que sea necesaria para el cuerpo. Se ha notado que la mente humana ya ha enseñado la capacidad para ayudar a la Naturaleza in la evolución de nuevas especies o tipos de plantas y animales; ella ha creado nuevas formas en los diferentes ambientes, desarrollado por conocimiento y disciplina considerables cambios en su propia mentalidad. No es una imposibilidad que el hombre ayude a la Naturaleza conscientemente en su propia evolución espiritual y física y en su transmutación. La urgencia para eso ya esta ahí y parcialmente funcionando, aunque todavía no del todo entendida y aceptada por la mentalidad superficial; pero un día lo podrá comprender, yendo profundamente dentro del mismo y descubriendo el propósito, la energía secreta, el intención de la operación interna de la Fuerza - Consciencia la cual es la realidad escondida de lo que llamamos Naturaleza. Todas estas son conclusiones que pueden ser obtenidas, inclusive, por la observación de los fenómenos de la Naturaleza, la evolución exterior del ser y la consciencia en el nacimiento físico del cuerpo. Pero esta lo otro, el factor invisible; hay renacimiento / reencarnación, el progreso del alma por la ascensión gradual de la evolución de la existencia en la organización corporal y mental. En esta progresión la entidad psíquica esta todavía velada, inclusive en el ser consciente y mental que es el hombre, por sus instrumentos, por su mente y vida y cuerpo; es incapaz de manifestarlo completamente, agazapado, sin poder salir adelante donde pueda relucir como el amo de su naturaleza, obligado a someterse a ciertas determinaciones por sus instrumentos, a la dominación de Purusha por Prakriti. Pero en el hombre la parte psíquica de la personalidad es capaz de desarrollar con mucha más rapidez que la creación inferior, y el tiempo vendrá cuando la entidad del alma estará cerca del punto en el cual surgirá de detrás del velo hacia la amplitud y llegara a hacer el amo y maestro de su orquestación en la Naturaleza. Pero esto querrá decir que el espíritu secreto que vive dentro, el Daemon, el Dios dentro esta a punto de emerger; y cuando emerja difícilmente podrá ser dudado que su pedido será, como definitivamente ya es en la mente misma cuando pasa de su influencia psíquica a la divina, a una existencia más espiritual. En la naturaleza de la vida en la tierra donde la mente es un instrumento de la Ignorancia, eso solamente puede ser efectuado por un cambio de consciencia, una transición de la base de la Ignorancia a la base del Conocimiento, de la consciencia mental a la consciencia supramental, una instrumentación supramental de la Naturaleza. No hay razón de suponer que esta transformación es imposible en la tierra. En verdad, ella daría el verdadero significado a la existencia en la tierra. No hay una validez conclusiva en el razonamiento de que en este mundo de Ignorancia, tal transformación pueda solamente ser alcanzada por un camino o pasaje al cielo del más allá, o no pueda ser alcanzada de ninguna manera y la demanda de la psiquis es en ella misma ignorante y debe ser sustituida por una unión del alma en el Absoluto. Esta conclusión podría solamente ser válida si la ignorancia fuera el significado de todo, la sustancia y el poder de la manifestación del mundo o si no hubiera elementos en el Mundo de la Naturaleza a través de los cuales podría haber un aumento de la mentalidad de la ignorancia que todavía es una carga o peso en nuestro presente estado del ser. Pero la ignorancia es solamente una porción de este Mundo - Naturaleza; no es el todo de él, no es el poder original o creador: es, en su más alto origen un Conocimiento limitado en el mismo e inclusive en su más bajo origen, se desarrolla fuera de la Inconsciencia material, es un supresor de la Consciencia trabajando para encontrarse, recobrarse a sí mismo, manifestar Conocimiento, el cual es la verdadera característica, de la fundación de la existencia. En la Mente universal hay niveles por encima de nuestra mentalidad los cuales son instrumentos de la verdad - conocimiento cósmico, y dentro de ellos el ser mental puede seguramente elevarse, ascender, crecer, desarrollarse; porque ya esta creciendo, elevándose hacia ellos en condiciones súper normales o recibe de ellos sin saberlo o teniendo intuiciones, insinuaciones o indirectas espirituales, grandes influjos de iluminación o capacidad espiritual. Todos estos niveles son conscientes de lo que está más allá de ellos, siendo el mayor de ellos él que está directamente abierto a la Mente Suprema, sabedor de la Verdad total, la cual le sobrepasa más allá. En el ser evolucionado, esos grandes poderes de consciencia están ahí, sosteniendo y apoyando la mente verdadera, subrayando su acción la cual los examina y evalúa; esta Mente Suprema y estos poderes de la Verdad sostienen la Naturaleza por su presencia secreta: inclusive, la verdad de la mente es su resultado aunque eso es una operación disminuida y una representación parcial; no es la verdadera Verdad. Por lo tanto es, no solamente natural pero al parecer inevitable, que esos grandes poderes de la Existencia deban manifestarse aquí en la Mente, como la Mente misma se ha manifestado en la Vida y la Materia.
La urgencia del hombre hacia la espiritualidad es una innegable indicación del impulso interno del Espíritu que trata de emerger, su insistencia hacia el próximo paso de su manifestación / desarrollo.
Si el desenvolvimiento espiritual en la tierra es la verdad escondida de nuestro nacimiento en la Materia, si esto es fundamentalmente una evolución de consciencia que ha tomado lugar en la Naturaleza, entonces el hombre como es, no puede ser el ultimo producto: él es una imperfecta expresión del espíritu, y también una mente y una forma limitada de instrumentación; la mente es solamente un termino medio de consciencia, el ser mental solamente puede ser un ser transitorio. Si entonces, el hombre es incapaz de elevarse mentalmente, él debe ser superado y la súper-mente y el superhombre deben manifestarse y tomar la dirección de la creación. Pero si su mente es capaz de abrirse a lo que le sobrepasa o excede, entonces no hay una razón por la cual el hombre mismo no debería llegar a la súper-mente y al súper humano, o por lo menos ayudar su mentalidad, vida y cuerpo a evolucionar hacia el gran producto final del Espíritu que se manifieste en la Naturaleza.