Tomado del Libro Tibetano de la Vida y la Muerte, escrito por Sogyal Rimpoché, Capítulo XXI, página 406, 'El Proceso Universal'.
 
 
 
"El Resplandor Inmaculado"
testamento final de Longchenpa, el maestro Dzogchen del siglo XIV

 

 

 

En un cielo nocturno sin nubes, la luna llena,
"el Señor de las Estrellas", está a punto de salir. [...]
El rostro de mi compasivo señor, Padmasambhava,
Me atrae hacia delante, irradiando su tierna bienvenida.
 
 
 
Mi gozo en la muerte es muchísimo mayor que
el gozo de los mercaderes al ganar vastas fortunas en el mar,
o lo señores de los dioses que se jactan de su victoria en la batalla;
o él de aquellos sabios que han entrado en el trance de la perfecta absorción.
Así, tal un viajero que se echa al camino cuando llega el momento de partir,
no permaneceré más en este mundo,
sino que iré a morar en la fortaleza de la gran dicha de la ausencia de muerte.
 
 
 
Esta vida mía está acabada, mi karma se ha agotado, el beneficio que podían hacer las oraciones se ha gastado,
todas las cosas mundanas han llegado a su fin, el espectáculo de esta vida ha terminado.
En un instante reconoceré la misma esencia de la manifestación de mi ser
en los puros y vastos reinos de los estados del bardo;
estoy próximo a ocupar mi asiento en el terreno de la perfección primordial.
 
 
 
Las riquezas que se encontraban en mí han hecho felices las mentes de otros,
he utilizado la bendición de esta vida para realizar todos los beneficios de la isla de la liberación;
habiendo estado con vosotros, mis nobles discípulos, durante todo este tiempo,
la alegría de compartir la verdad me ha llenado y satisfecho.
 
 
 
Ahora van a terminar todas las conexiones entre nosotros en esta vida,
soy un mendigo errante que va a morir como le plazca,
no os entristezcáis por mí, pero seguid rezando siempre.
Estas palabras las dice mi corazón, las dice para ayudaros;
pensad que son una nube de flores de loto, y vosotros, en vuestra devoción,
abejas que se zambullen en ellas para libar su alegría trascendente.
 
 
 
Por la gran verdad de estas palabras
que los seres de todos los reinos del samsara,
en el terreno de la perfección primordial, alcancen el Nirvana.
 
 
 
 

 

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