- De La Santa Biblia.
Antigua versión de Casiodoro de la Reina (1569).
- Revisada por
Cipriano de Varela (1602)
- 2da
Epístola a los Corintios, Capítulo
5
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- 1. Porque sabemos, que
si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios
un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
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- 2. Y por eso también
gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra habitación
celestial;
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- 3. Puesto que en
verdad habremos sido hallados vestidos y no desnudos.
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- 4. Porque asimismo a
los que estamos en este tabernáculo, gemimos agravados; porque no quisiéramos
ser desnudados sino sobrevestidos para que lo mortal sea absorbido por la
vida.
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- 5. Mas el que nos hizo
para esto mismo, es Dios; el cual nos ha dado la prenda del espíritu.
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- 6. Así que vivimos
confiados siempre, y sabiendo, que entretanto que estamos en el cuerpo,
peregrinamos ausentes del Señor;
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- 7. (Porque por fe
andamos, no por vista;)
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- 8. Mas confiamos y más
quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor.
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- 9. Por tanto
procuramos también, ó ausentes, ó presentes, serle agradables:
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- 10. Porque es menester
que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno o
malo.
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- 11. Estando pues poseídos
del temor del Señor, persuadimos a los hombres, mas a Dios somos
manifiestos; y espero que también en vuestras conciencias somos
manifiestos.
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- 12. No nos
encomendamos pues otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros
por nosotros, para que tengáis que responder contra los que se glorían en
las apariencias, y no en el corazón.
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- 13. Porque si
loqueamos, es para Dios; y si estamos en seso, es para vosotros.
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- 14. Porque el amor de
Cristo nos constriñe, pensando esto: Que
si uno murió por todos, luego todos son muertos;
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- 15. Y por todos murió
para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y
resucitó por ellos.
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- 16. De manera que
nosotros de aquí adelante a nadie conocemos según la carne: y aun si a
Cristo conocimos según la carne, empero ahora ya no le conocemos.
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- 17. De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas.
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- 18. Y todo esto es de
Dios, el cual nos reconcilió a sí por Cristo: y nos dio el ministerio de
la reconciliación.
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- 19. Porque ciertamente
Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí, no imputándole sus
pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación.
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- 20. Así que, somos
embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os
rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
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- 21. Al que no conoció
pecado, hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.
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