por
Sri Aurobindo
Traducido por Rev. Hortensia De la Torre [Yin Zhi Shakya,
OHY]
Originalmente
publicado con el título de 'El Prototipo del Súperhombre',
Vol.
I, No. 9 (Abril de 1915) de la revista Arya
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- La
idea del prototipo de un Súperhombre ha obtenido recientemente mucha atención,
y ha creado muchas discusiones, algunas de las cuales, no con muy buenos
resultados y con una gran cantidad de difamación y calumnia. El promedio de la
humanidad está propensa a resentirse por eso, porque a los hombres se les ha
informado o tienen el presentimiento de que ese prototipo es el reclamo/demanda
de unos cuantos para ascender a las alturas, de las cuales los muchos no son
capaces, y concentrar privilegios morales y espirituales, disfrutando una
dominación y unos poderes e inmunidades, dañinos a una dignidad vaga y
confusa, y a la libertad de la humanidad. Así que, consideran, que el súperhombre
no es nada más importante que la glorificación de un raro y solitario ego que
le ha ganado a los otros, en la fuerza de nuestras cualidades humanas comunes.
Pero este significado del súperhombre, es una parodia intolerante y mezquina.
El evangelio de la verdadera humanidad nos presenta a ese súperhombre como un
ideal magnánimo, misericordioso y noble para la raza humana en desarrollo, y
ese significado no debe ser confundido o cambiado por la demanda arrogante de
una clase o de algunos individuos. Al hombre, se le ha requerido a hacer lo que
ninguna especie ha hecho todavía o ha aspirado hacer en la historia de la
tierra, el evolucionar conscientemente el mismo en su especie hacia el próximo
nivel superior, (el súperhombre) que ya casi se adivina, por el desarrollo cíclico
o gradual del mundo - idea y las inspiraciones fructíferas de la Naturaleza. Y
cuando eso se imagina y se comprende, no cabe duda que esa idea, llega a ser la
semilla más potente que puede ser sembrada o tirada en la tierra de nuestro
crecimiento humano.
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- Nietzsche
fue el primero que la tiró, el místico del culto de la Voluntad, el problemático,
el profundo, el casi luminoso Eslavo Helénico (el término Helénico implica un
amor pagano y sin restricciones en contraste con los Judaísmo que implica una
austeridad moralista, una manera de vivir menos sensual de la vida) con sus
claridades extrañas, sus ideas violentas a medias, sus raras intuiciones
centelleantes que venían marcadas con el sello de una absoluta verdad y soberanía
de la luz. Pero Nietzsche fue un apóstol que nunca entendió enteramente su
propio mensaje. Su estilo profético era como el de los oráculos de Delfos, que
convertían la verdad en mentira para satisfacer a sus oyentes y creyentes. Pero
no siempre fue así, definitivamente; algunas veces se levantó sobre su
temperamento personal y su mente individual, su herencia y su medio ambiente
Europeo, su repulsión / rebelión contra la idea de Cristo, su guerra en contra
de los valores morales actuales de aquel momento, y predicó la Palabra como él
la había escuchado, la Verdad como él la había visto, simple, luminosa,
impersonal y por lo tanto imperecedera y sin mancha. Pero en gran parte, este
mensaje que había llegado su oído interno vibrando desde la distancia infinita
como la tonada salida de la lira de los Dioses lejanos, lo obtuvo en su esfuerzo
para apropiarse y tenerlo cerca de él, mezclándolo con algo turbulento surgido
de ideas colaterales que ahogaron las puras notas originales.
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- Especialmente
en su concepto del Súperhombre el nunca aclaró su mente de su confusión
preliminar. Porque si esa clase de humano divino es la meta por la cual la raza
debe avanzar, la primera dificultad que nosotros tenemos, es decidir cual de los
dos diferentes tipos de divinidad es la idea a la cual debemos ser leales.
Porque la deidad en nosotros puede confrontarnos con el claro, jubiloso y
radiante aspecto de Dios o con la severa y convulsiva visión de un Titán.
Nietzsche le canto al Olimpo pero lo presento con el aspecto de Asura. Su
preocupación con la idea de Cristo como el Dios crucificado y sus consecuencias
fueron quizás responsables por esta distorsión tanto como su sujeción o
dependencia a las ideas imperfectas de los griegos. Él nos presento un súperhombre
que fiera y arrogantemente repele la carga de la tristeza y el servicio, no el
que se levanta victorioso sobre la mortalidad y los sufrimientos y asciende
vibrante con el himno de triunfo de una humanidad liberada. El perder el vínculo
de la evolución moral de la Naturaleza es una falta capital en el apostolado de
la superhumanidad; porque solamente fuera de la línea inevitable de la evolución
puede en el capullo de la humanidad por tanto tiempo puesta a prueba, emerger,
madurar y purificarse, a través del fuego del sufrimiento egoísta y altruista.
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- Dios
y Titán, Deva y Asura, son en verdad parientes cercanos con sus diferencias; la
evolución no podía haber prescindido de ninguno de ellos. No obstante, ellos
residían en polos opuestos de una existencia y naturaleza común. Uno descendió
de la luz y del infinito, satisfecho con el juego; el otro, ascendió de la
oscuridad y la vaguedad o lo indefinido, encolerizado por la contienda. Toda la
fuerza mayor de Dios se deriva de lo universal y se inclina hacia lo universal.
El nació de la armonía victoriosa. Sus cualidades se unen como las manos puras
y bondadosas enlazándose ellas mismas naturalmente y con delicia del Krishna
divino dominando y sosteniendo juntos todos los anillos de la serpiente Kaliya
en el pastoral ingenuo de Brindavan. Evolucionar en el sentido de Dios o Divino,
es crecer en la intuición, en la luz, en el goce, en el amor, en la maestría
feliz; servir por la ley y por el servicio; ser capaz de ser valiente y raudo e
inclusive violento sin herir y abusar, y suave y gentil e inclusive indulgente o
benigno de uno mismo sin ser laxo o flojo, o inmoral o débil; ser uno mismo una
unidad completa, brillante y feliz por la simpatía con la humanidad y todas su
criaturas. Y en el final, eso es evolucionar una gran personalidad impersonal y
elevar la simpatía en una experiencia constante de la unidad del mundo. Porque
así son los Dioses, conscientes siempre de su universalidad y por lo tanto
divinos.
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- Ciertamente,
el poder está incluido. El ser el hombre divino es regirse a sí mismo y regir
al mundo, pero no en un sentido externo. Esta es una ley que depende de la
afinidad secreta de la unidad que conoce la ley del otro ser y del ser del mundo
y ayuda, o si hay la necesidad, lo compele u obliga a realizar sus grandes
posibilidades propias, pero por un mandato divino y esencialmente interno. Esto
es, tomar todas las cualidades, energías, goces, tristezas, pensamientos,
conocimiento y las metas del mundo alrededor de nosotros, en nosotros mismos, y
devolverlas enriquecidas y trasmutadas en un comercio y aprovechamiento divino.
Tal imperio no necesita una vulgar y ostentosa jaula de oro. Los dioses trabajan
frecuentemente velados por la luz o a través del impulso de la tormenta; ellos
no desdeñan vivir entre los hombres en el aspecto de un pastor o un artesano;
ellos no retroceden de la cruz y la corona de espina ni de su evolución interna
o de su visible y superficial fortuna. Porque ellos saben que el ego debe ser
crucificado y ¿cómo los hombres consentirán eso, si Dios no les enseña el
camino? Tomar todo lo que es esencial en el ser humano y levantarlo a su término
más absoluto, de manera que llegue a ser un elemento de luz, goce y poder para
uno mismo y para los otros, eso es la divinidad. Esto también deberá ser la
tendencia del súperhombre.
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- Pero
el Titán no tiene nada de eso; eso es muy grande y sutil para su entendimiento.
Sus instintos claman por lo visible, por una maestría tangible y una dominación
sensacional. ¿Cómo se sentirá seguro de su imperio a menos que él pueda
sentir algo desvalido a sus pies? - y si está agonizante, todavía mucho mejor.
¿Qué es aprovechamiento para él, a menos que eso disminuya al explotado? Ser
capaz de coaccionar o forzar, exigir, imponer, matar, abiertamente, públicamente
e irresistiblemente, - eso es lo que le llena a él con un sentido de gloria y
dominio. Porque él es el hijo de la división y el gran florecimiento del Ego.
Sentir la limitación comparativa de otros es necesario para que él pueda
imaginarse inconmensurable; porque el no tiene el sentido de la existencia real
del infinito, que ninguna circunstancia exterior puede invalidar / abrogar.
Contraste, división, negación de la voluntad y la vida de otros son esenciales
para su propio desarrollo y afirmación. El Titán unificará devorando, no
armonizando; el debe conquistar, pisotear y atropellar sacando fuera de su
existencia lo que no es él mismo, o subordinar de manera que su propia imagen
se alce sobre todas las cosas con su sello de dominio sobre todo su ambiente.
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- En
la Naturaleza, dado que todo comenzó de la división y el egoísmo, el Titán
tiene que venir primero; él está aquí en nosotros como el dios más antiguo,
el primer gobernante del cielo y la tierra del hombre. Entonces llega Dios
liberando y armonizando. Aunque la leyenda nos dice que Deva y Asura trabajaron
juntos para agitar el océano de la vida llevando a cabo el plan supremo de la
inmortalidad, una vez que la inmortalidad fue ganada, Vishnu la guardó para
Dios y así estafó el trabajador más violento y fiero. Y esto parece injusto;
porque Asura tiene la porción de la carga más pesada y menos agradable. El es
el que comienza la tarea y la dirige; él va en su camino macheteando, dando
forma y plantando: el Dios sigue, enmendando, concluyendo, cosechando. Él
prepara fieramente, con angustia y en contra de miles de obstáculos, la fuerza
que nosotros usaremos: el otro disfruta de la victoria y de la delicia. Y por lo
tanto, para el gran Dios Shiva, el tormentoso y desdorado Titán le es muy
importante y querido – Shiva tomó por el mismo el fiero, oscuro y agrio
veneno que limpió el mar de la vida y dejó el néctar para los otros. Pero la
elección que Shiva hizo con sabiduría y amor, los Titanes la hacen desde la
oscuridad y la pasión, -- anheloso / deseoso realmente de algo muy diferente
fraudulento por su egoísmo tormentoso. Por lo tanto, el premio de Vishnu nos
dice, que a menos que el orgulloso y acérrimo Asura se divinice, el reino y la
inmortalidad serán para el Dios divino.
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- Pero,
¿qué es la Superhumanidad sino un cierto absoluto divino y armoniosos de todo
lo que es esencial en el hombre? El está hecho a la imagen y semejanza de Dios,
pero hay una diferencia entre la Realidad divina y su manifestación humana, y
es que todas las cosas que son del uno son ilimitadas, espontáneas, absolutas,
armoniosas, y cuando son poseídas llegan a ser limitadas, relativas,
trabajosas, discordantes, deformes, obtenidas por las luchas, guardadas para
subordinarlas a la posesión de un individuo o grupo, perdidas por la
transitoriedad e inseguridad que trae el no saber usarlas. Pero en esta
constante imperfección hay siempre una ilusión y una aspiración hacia la
perfección. El hombre, limitado anhela / suspira por el infinito; lo relativo
es atraído en todas las cosas hacia su absoluto; lo artificial hacia lo
natural, se impulsa con una tranquilidad superior, un conocimiento y una
naturalidad que debe por siempre ser negada a sus fuerzas inconscientes y sus
animales medio conscientes; lleno de discordias, el insiste en la armonía; poseído
por la Naturaleza y para su esclavitud está convencido que su misión es
poseerla y dominarla. Lo que el aspira, es la señal de lo que él puede ser. El
tiene que pasar por una especie de transmutación del metal terráqueo que ahora
es y fuera de la humanidad defectuosa hacia un símbolo superior. Porque el
Hombre es el término de transición más grande de la Naturaleza en el cual
ella crece consciente de su meta; en él, ella mira desde el animal con sus ojos
abiertos hacia su ideal divino.
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- Pero
Dios es complejo, El no es simple; y la tentación del intelecto humano es
escoger el camino más corto y fácil hacia la naturaleza divina profesando
exclusivamente uno de sus principios. Conocimiento, Amor o lo que es lo mismo su
palabra secreta Delicia, Poder y Unidad son algunos de los nombres de Dios. Pero
aunque ellos son todos divinos, el seguir cualquiera de ellos exclusivamente es
invitar, después de que la primera energía y fuerza se termina, su negación y
partida de nosotros; porque inclusive la unidad, respetada exclusivamente, deja
de ser unidad. Sin embargo, este es un error que cometemos continuamente. ¿Es
el amor, el templo en el que adoramos? Entonces, le cerramos el portón al
Poder. Como los niños del mundo, que por su falta de conocimiento prefieren los
placeres materiales que los apartan del fervor de su corazón, al Conocimiento
que los llevaría a la comprensión. Hacemos un ídolo del Poder, y quemaríamos
todo lo demás a través del fuego de Moloch ante su melancolía y formidable
imagen, expulsando el amor con desprecio como una nodriza incompetente o un
lacayo desempeñando un cargo en la nobleza. O cultivamos el Conocimiento con un
severo alejamiento y austeridad por egoísmo, encontrando al final que el loto
del corazón está embotado, muerto o marchitado – y nosotros parados
impotentes con nuestra ciencia mientras que los truenos de Rudra chocan y
devastan el mundo que nosotros hemos organizado tan bien con nuestra mente
clara, victoriosa y eficiente. O corremos detrás de un vago y mecánico cero,
de la nada, que la llamamos unidad, y cuando hemos esterilizado nuestras raíces
secretas y secado el pozo de nuestra vida interior, descubrimos, que hemos
alcanzado la muerte y no la gran existencia. Y todo esto pasa porque no
reconoceremos la complejidad del enigma que debemos de resolver aquí. Es un
enigma grandioso y divino, pero no es ningún nudo Gordeano ni es su muy listo
Autor, un rey muerto que nos haría sufrir por mofarnos de su intención
cortando nuestra voluntad con la impaciencia fiera de un precipitado
conquistador moral.
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- Ninguna
de estas contradicciones es más constante que la del Poder y la del Amor. También
ninguna de estas deidades puede ser seguramente descuidada. ¿Qué puede ser más
divino que el Amor? Pero adorado y respetado exclusivamente es impotente para
resolver las discordias del mundo. El Avatar adorado del Amor y el santo tierno
de todos los santos dejan detrás de ellos un ejemplo divino pero imposible de
seguir, una memoria luminosa e imperecedera pero ineficaz. Ellos han añadido un
elemento a las potencialidades del corazón, pero la raza no lo puede utilizar
eficazmente para la vida, porque no ha sido armonizado con el resto de las
cualidades que son esenciales para nuestra perfección. ¿Podríamos por lo
tanto, cambiar de dirección y darnos al Poder con su acción y manos de hierro
y su duro y claro intelecto práctico? Los hombres de poder pueden decir que
ellos han hecho un trabajo más tangible por su raza que las almas de Amor, pero
es una ventaja vana. Porque ellos ni siquiera han tratado de levantarnos sobre
nuestra humanidad imperfecta. Ellos han erigido una forma temporal o han dado un
ímpetu secular. Un imperio ha sido creado, una edad o siglo organizado, pero el
nivel humano no ha sido levantado ni un poco al nivel oculto de un Cesar o de un
Napoleón. El amor falló porque impacientemente repelió las discordias
materiales del mundo o solamente las pisoteo en un éxtasis no común; y el
Poder, porque busca solamente organizar y arreglar lo exterior. Las discordias
del mundo tienen que ser entendidas, aprovechadas y trasmutadas. El Amor debe
llamar al Poder y al Conocimiento en el templo y sentarlos al lado de Él en una
igualdad unificada, en la Unidad; el Poder debe inclinarse ante el yugo
de la Luz y el Amor,
antes
de que realmente, él pueda hacer algo bueno de la raza.
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- El
secreto es la Unidad,
una unidad compleja que lo abrace y lo entienda todo. Cuando el corazón lleno
de Amor se calma por el Conocimiento en un éxtasis tranquilo y vibra con la
fuerza, cuando las fuertes manos del Poder laboran para el mundo con un júbilo y
una luz completa y radiante, cuando el cerebro luminoso del Conocimiento acepta
y transforma las inspiraciones oscuras del corazón y se presta él mismo a los
trabajos de una Voluntad superior, cuando todos estos dioses se unen en un alma
sacrificada que vive en la unidad con todo el mundo y acepta todas las cosas
para trasmutarlas, entonces ahí está la condición necesaria para el
hombre trascender integralmente. Ésta y solamente ésta, es
la forma divina de la súperhumanidad, y no la cultura arrogante, fuerte y
deslumbrantemente egoísta, que se corona ella misma sobre una humanidad esclavizada.
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Final
del Ensayo: El Súperhombre por Sri Aurobindo
- Publicado
en la revista Arya en Agosto de 1915.
- Ensayo
preparado por P.B. Saint - Hillaire en 1962.
-
Traducido
al Español por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY [Hortensia De la Torre], y publicado
en Acharia en octubre
de 1997.
Estos escritos e ideas no son mías, son de "Los Maestros", y por
lo tanto no pueden ser reproducidos de ninguna forma para su venta o
diseminación. Esos escritos pertenecen a cada uno de ellos en toda su
extensión y lo que estás leyendo en estas páginas son solamente sus
traducciones. Yo soy un canal traductor para las ideas de ellos, y de ninguna
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evolución, y agrádeselas a "Ellos".