por
Sri Aurobindo
Traducido por Rev. Yin Zhi
Shakya, OHY (Hortensia De la Torre)
Ensayo
publicado originalmente en la revista
Arya
en abril del 1915, Vol. I, No. 9.
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- En tus trabajos, siempre están
estos tres,
- el Maestro, el Trabajador y el
Instrumento.
- Definirlos correctamente en uno
mismo, y poseerlos correctamente, es el secreto
de los trabajos, y de las delicias de ellos.
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- Primeramente, aprende a ser el
instrumento de Dios y a aceptar tu Maestro. El instrumento es esa cosa
exterior que le llamas el yo, es la matriz y molde de la mente, la fuerza de
empuje del poder, una máquina con forma, una cosa llena de resortes,
dientes, grampas y deseos. No llames a eso el Trabajador o el Maestro; nunca
podrá ser el Trabajador o el Maestro. Acéptate a ti mismo humilde y a la
vez orgullosamente, devoto, obediente y jubilosamente como un instrumento
divino.
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- No hay un orgullo y una gloria mayor que ser el instrumento perfecto
del Maestro.
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- Aprende primero absolutamente a
obedecer. La espada no escoge donde corta, la flecha no pregunta a que lugar
deberá dirigirse, los resortes de una máquina no insisten en el producto
que deberá fabricarse con su labor. Estas cosas son establecidas por la
intención y el trabajo de la Naturaleza, a medida que el instrumento es más
y más consciente, aprende a sentir y a obedecer la ley pura y esencial de
su naturaleza, tan pronto como el trabajo está hecho, llega a ser perfecto
e impecable. La elección propia por la motivación poderosa de los nervios,
la repulsión del instrumento físico y mental, pueden solamente estropear
el trabajo.
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- Déjate llevar por la inspiración
de Dios y sé como una hoja en la tempestad; ponte en Sus manos y sé como
la espada que corta y la flecha que se dirige hacia la meta. Deja que tu
mente sea como el resorte de una máquina, deja que tu fuerza sea como el
disparo de un revolver, deja que tu trabajo sea como el declive tajante y
formativo del acero en su objeto. Deja que tu palabra sea el resonar del
martillo sobre el yunque y el gemido del motor en su labor y el llanto de la
trompeta que proclaman la fuerza de Dios en todas las regiones. En cualquier
forma has de hacer lo que hace un instrumento de trabajo con naturalidad
porque está diseñado para eso.
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- La espada es feliz en el campo de
batalla, la flecha tiene el regocijo en su silbido y en su salto, la tierra
tiene su embeleso en sus vueltas vertiginosas a través del espacio, el sol
tiene el éxtasis real de su llamarada esplendorosa y su movimiento eterno.
¡Oh tú, instrumento consciente de ti mismo, deléitate también en tu
propio trabajo!
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- La espada no mandó a que la
hicieran, ni resiste a ser usada, ni tampoco se lamenta cuando se rompe. Hay
un placer en haber sido hecha, un placer en haber sido usada y un placer
también en haberla dejado sin esgrimir, al igual que un placer en haber
sido rota. Descubre ese placer.
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- Porque tú has confundido el
instrumento con el trabajador y el maestro, y porque buscas elegir por
ignorancia y por deseo, por tu propio estado y tu propia ganancia y
utilidad, por lo tanto, tú has sufrido y te has angustiado muchas veces, y
muchas veces también has entrado en las calderas del infierno rojo y has
renacido, te has reformado y te has modificado, hasta que aprendas tu lección
humana.
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- Todas esas cosas son, porque
ellas están en tu naturaleza que está en el proceso de refinamiento o
evolución. Porque la Naturaleza es el trabajador y ¿qué es lo que ella
trabaja? Ella forma y modela la mente, la
vida y la materia imperfecta y tosca y hace de ellos un ser perfectamente
consciente.
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- Lo próximo es, conócete a ti
mismo como el Trabajador. Entiende tu naturaleza como el trabajador, tu
propia naturaleza y Toda la Naturaleza como tu yo mismo.
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- Esta naturaleza que tienes, no es
tuya propia ni limitada. De tu naturaleza se ha hecho el sol y los sistemas,
la tierra y sus criaturas, tú mismo y lo tuyo y todo lo que percibes. Es tu
amigo y tu enemigo, tu madre y tu devorador, tu amante y tu verdugo, tu
hermana del alma y el extraño que desconoces, tu regocijo y tu aflicción,
tu pecado y tu virtud, tu fortaleza y tu debilidad, tu conocimiento y tu
ignorancia. Y todavía no es nada de estas cosas, pero es algo de lo cual
esas cosas son imágenes imperfectas que tratan de ser. Porque más allá de
todo eso está el conocimiento original y una fuerza infinita y una calidad
innumerable.
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- Pero para ti hay una acción
especial, una naturaleza propia y una energía individual. Síguela, como el
ancho río que corriendo llega hasta su cause, hasta que te lleve allí,
donde está esa fuente, esa causa, ese origen infinito.
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- Por lo tanto, conoce tu cuerpo
como un vínculo de la Materia, y tu mente como un remolino en la Mente
universal, y tu vida como un remanso de la Vida que es imperecedera. Conoce
tu fuerza como la de todos los seres; y tu conocimiento como la vislumbre de
la luz que no pertenece a ningún hombre; y tu trabajo, él que debes hacer
para ti mismo, el liberarte del error de tu personalidad.
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- Cuando eso esté hecho, tendrás
la delicia libre y emancipada en la verdad de tu ser individual, en tu
fuerza, tu gloria, tu belleza y tu conocimiento; y en la negación de esas
cosas tendrás la delicia también. Porque todo esto es la máscara dramática
de la Persona y de la imagen en sí del propio Escultor.
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- ¿Por qué deberás limitarte a
ti mismo? Siéntete también en la espada que te corta y en los brazos que
te abrazan, en el fuego del sol, en el baile de la tierra, en el vuelo del
águila, en la canción del ruiseñor, en todo lo que ha pasado, en todo lo
que ahora es y en todo lo que llegará a ser. Porque tú eres infinito y
toda esta felicidad es posible para ti.
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- El Trabajador tiene la felicidad
de su trabajo y la felicidad de su Amante para quien él trabaja. Él mismo
sabe/conoce que es su consciencia y su fuerza, su conocimiento y su reserva
de conocimiento, su unidad y su propia división, la infinitud y lo finito
de su ser. Conócete a ti mismo también como todas esas cosas; también obtén
la delicia de tu Amante.
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- Están aquellos que se conocen
ellos mismos como el obrador o instrumento o el utensilio de trabajo, pero
ellos confunden el Trabajador por el Maestro; esto también es un error.
Aquellos que caen en él pueden dura y difícilmente llegar a su trabajo
puro, superior y perfecto.
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- El instrumento es finito en una
imagen personal, el trabajador es universal con una característica
personal, pero ninguno de estos es el Maestro, porque ninguno de ellos es la
Persona verdadera.
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- Por último conócete como el
Maestro; pero no le pongas forma y no le busques ninguna definición de
calidad. Se uno con Eso en tu ser, comulga con Eso en tu consciencia,
obedece Eso en su fuerza, estate sujeto a Eso y asegura por eso tu delicia,
perfeccionando Eso en tu vida, tu cuerpo y tu mentalidad. Entonces, antes tu
vista e interiormente, emergerá / surgirá esa única y verdadera Persona,
tú mismo y no-tú mismo, todos los otros y más que todos los otros, el
Director y el Poseedor y Disfrutador de tus trabajos, el Maestro del
trabajador y el instrumento, el Organizador y el Destrozador de la danza del
universo, y todavía, solo en la quietud con él mismo, en el silencio de su
alma y su cámara interior.
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- La felicidad del Maestro poseída.
No hay nada más que él pueda conquistar. Porque él, se dará Él mismo a
todas las cosas y a todas las criaturas, obteniendo, dando, haciendo y
disfrutando por su porción propia, y también por lo indivisible.
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- Contendrás en
tu ser a ti mismo y a todos los seres, y serás "eso" que no eres
tú ni eres los otros. De los trabajos, ésta es la consumación y la
cumbre.
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- Final
del ensayo titulado Las Delicias de los Trabajos por Sri Aurobindo.
- Publicado
en la revista Arya en Agosto de 1915.
- Ensayo
preparado por P.B. Saint - Hillaire en 1962.
- Traducido
al Español por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY [Hortensia De la Torre] en
octubre de 1997.
Estos escritos e ideas no son mías, son de "Los Maestros", y por
lo tanto no pueden ser reproducidos de ninguna forma para su venta o
diseminación. Esos escritos pertenecen a cada uno de ellos en toda su
extensión y lo que estás leyendo en estas páginas son solamente sus
traducciones. Yo soy un canal traductor para las ideas de ellos, y de ninguna
forma, esas maravillosas revelaciones, son mías. Léelas, úsalas para tu
evolución, y agrádeselas a "Ellos".