La Esperanza y la Fe
 
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Rev. Yin De Shakya, OHY
 
 
Por Rev. Yin De Shakya, OHY [“El Pacificador”]
Traducción al español por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Publicado en Acharia el domingo, 27 de marzo de 2005
 
 
Hace unos días, un amigo me pidió que le explicara sobre cómo nosotros los budistas deberíamos tratar con conceptos, palabras y emociones que parecen ir en contra de lo que hemos aprendido, pero que todavía parecen ser tan “reales” como antes de llegar a ser budista. Me preguntó específicamente, acerca de los conceptos de la esperanza y la fe, ya que él había estado escuchando una discusión entre un budista y un amigo suyo. Su amigo decía que él tenía la esperanza de que la paz mundial sería posible algún día, y el budista se rió y dijo, “Como Budistas que somos se supone que nosotros tengamos una mente científica, no nos conciernen las ideas imprácticas de esperanza y fe”.
 
Me quedé atónito, y le expliqué a mi amigo que la esperanza es un sentimiento de júbilo, que nuestra práctica, como Budistas Chan/Zen, involucra el abrazar todo lo que sea alegría, satisfacción y gozo en la vida. Nosotros expresamos la esperanza con nuestro deseo de ver a los otros iluminados, y con nuestro deseo de ver que hay un final para la hambruna, la guerra, y todas las otras formas de sufrimiento. Fue la esperanza la que inspiró al Buda a enseñar su camino místico del Dhyana (Chan / Zen / Meditación) a sus discípulos.
 
Quizás algunas personas asocian “la esperanza” con la vulnerabilidad – ellas piensan que eso significa que le hemos entregado, la solución final a la situación, a algún poder mayor. Ellos piensan que un budista debería ser frío e indiferente. En el Budismo nos referimos frecuentemente a las Cuatro Emociones Perfectas: Metta – Amor; Karuna – Compasión; Mudita – Bienestar Gentil; y Upekka – Ecuanimidad. Aunque la “esperanza” no es identificada específicamente en esas cuatro, ella subyace a todas ellas. La Esperanza está unida con el entendimiento, y de esa forma tenemos la habilidad de actuar en el mundo en una forma iluminada.
 
En otra conversación, discutimos que es lo que nos mantiene regresando por más Zazen cuando sabemos que tendremos la incomodidad del dolor de las piernas y/o la espalda como ya lo hemos experimentado. Nosotros conocemos que la agonía de nuestras mentes nos implora que encontremos cualquier pretexto para levantarnos del cojín y salir corriendo por la puerta del Zendo, pero por alguna razón nos mantenemos en él. ¿Por qué? Es la esperanza y la fe – en nosotros mismos, en nuestro maestro, en el Buda, y en el Dharma, que nos sigue impulsando. Sin esperanza y fe seguramente nos rendiríamos.
 
Como dijo el famoso Maestro Chan, Miao Yun: “Bajo la iluminación de la luz del conocimiento y la compasión, tenemos una esperanza maravillosa y descomunal. Aquellos que practican el Dharma difícilmente se rendirán al temor-al-fracaso porque ellos han recibido la luz del Dharma del Buda y porque tienen una fe firme en un futuro brillante”.
 
La “Esperanza” y la “Fe” tienen definiciones similares para los Budistas – podemos tener fe en que llegaremos a conocer nuestros ‘Yos’ Verdaderos, pero eso no es una fe ciega. Es una fe basada en la experiencia, el conocimiento, y el amor que han sido trasmitidos de generación en generación.
 
Mi amigo respondió: “Parece que hay algunos que piensan que uno debe remover la emoción, lo místico, y lo espiritual del Budismo – parece como si le arrancáramos el corazón. Ellos son reductores que tratan de reducir las cosas con sus explicaciones. El gozo del Budismo, para mí, es que ha hecho mi vida mucho más grande, para poder incluir muchas cosas más.
 
“A medida que nuestra práctica progresa en el Budismo”, digo que, “nuestro entendimiento acerca de muchas cosas cambia; incluyendo nuestro entendimiento de los conceptos de esperanza y fe. Nuestro entendimiento nuevo y más desarrollado de la esperanza y la fe puede que no esté de acuerdo con las definiciones que otras personas tengan para esas palabras o emociones, y que les causen incomodidad a las que no definan las palabras en la misma forma que nosotros lo hacemos. El mismo argumento frecuentemente sale a relucir entre los budistas con palabras como “Religión” o “Dios” o “Salvación”. Algunas veces es fácil para nosotros, como budistas, ver la realidad fundamental que esas palabras y símbolos identifican, pero otras veces nos agarramos a una definición y no podemos aceptar un punto de vista diferente. Ahí es donde el problema comienza – comenzamos a agarrar y a aferrarnos. Queremos que todo esté definido – fijo y rígido. No nos gusta tener nuestras ideas acerca de cuál es la realidad que nos está confrontando. Y no nos atrevemos a dudar que nuestra noción esté equivocada o errónea”.
 
Mi amigo se sonrió a todo esto, entonces me dio las gracias por el discernimiento y la penetración. Parecía más aliviado al conocer que era correcto tener esperanzas. Parecía que su fe en el Camino había sido renovada.
 
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