Comentario Editorial #10
 
 
Sábado, 8 de octubre de 1999
 
 
El Poder Divino
 
 
El dinero es poder. Ese es la única forma que tengo de verlo, aunque también puede decirse que son pedazos de papeles o metales, de los que están hecho los billetes y monedas. Si eso es así, podíamos decir que el poder es una de las representaciones de Dios, el Señor, el Atma, el Divino. El poder es Dios mismo. ¿Queremos el poder? ¡Qué sí que lo queremos! El poder nos trae todo. Porque el Poder es el Divino.
 
Ahora bien, pensemos, meditemos; ¿queremos el dinero por sí mismo o por lo que nos puede traer? Eso realmente no tiene importancia. Esta pregunta se responde individualmente, cada uno de nosotros tenemos diferentes motivos, diferentes deseos, diferentes caminos. Pero, ya sea que queramos el dinero por sí mismo o por lo que podemos lograr con él, queremos el dinero, queremos el poder. ¿Para qué? ¡Pues, para poseer al Divino!
 
Créelo o no, nuestro único objetivo, nuestra única meta es poseer a Dios, ser Dios, conocer, saber que somos ÉL. No lo recordamos, pero es así. Toda nuestra vida, todas nuestras vidas diríamos correctamente, están fundadas en el encuentro con nosotros mismos; en la evolución del yo en el Yo. Cuando te des cuenta de esto, comenzarás el camino de regreso a casa, el pasaje que tan duro parece, fuera de la ignorancia en el conocimiento, y que realmente sólo ha existido en la mente de cada uno de nosotros.
 
Tenemos que dirigir nuestros pensamientos, nuestras ideas y nuestra voluntad hacia el lugar correcto, hacia la única meta, y no confundirnos con las falsificaciones que nos ofrecen lo que nosotros mismos, con nuestra rendición al Divino, el deseo de ser su instrumento y nuestro anhelo de llegar a ÉL, podemos alcanzar.
 
¡Qué todos los seres vivan felices y en paz!
 
 
Deseándoles a todos la Paz Divina,
 
Rev. Yin Zhi Shakya (Hortensia De la Torre)
 
 
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